Recuerdos de madera

Alberto Álvarez ha tallado a navaja más de 200 piezas, la mayoría de ellas recreando tradiciones, hábitos y objetos de la provincia o de su etapa como labrador. Todas son únicas, hechas a mano y han sido creadas gracias a la memoria y habilidad del artista
madera
El artista Alberto Álvarez con su creación de madera

Alberto Álvarez Arias tiene madera de ebanista. En su taller ha tallado a navaja más de 200 figuras, la gran mayoría de ellas recreando tradiciones, hábitos u objetos de la provincia de León, además de un nacimiento al que no le falta detalle.

Carros, productos de la zona, bailes maragatos, Pedro Mato y piezas enfocadas a la labranza, una de sus profesiones, como guadañas, el patrón San Isidro Labrador, un burro sacando agua con la noria, entre otras muchas, componen este espectacular lugar, que está hecho a base de los recuerdos del artista.

Esta afición empezó “sin querer y sin pensarlo” ya que Alberto no se dedicaba a ello: “Me jubilé a los 60 años y me dio por hacer estas cosas y cada vez fue a más. Recuerdo que tallé varias figuras que me quedaron bien y seguí ampliando la familia. Todos los años metía figuras nuevas y tengo que decir que todas son distintas porque son originales, hechas a mano, únicas y que entre tantas no coincidan dos, es muy difícil”.

Alberto asegura que no tenía “ni idea” de tallar madera, ni distingue los diferentes tipos, cualquiera le sirve si es buena: “Me preguntan que madera he usado en algunas de las piezas y yo los miro y les digo que para mí son todas de árbol, ¿qué clase de árbol? adivínalo. Solo hay que tener en cuenta que la madera dura es mejor que la blanda, porque no rompe, por ejemplo la de negrillo es fuerte, esa la he utilizado mucho pero también blanda para algunas cosas concretas, como la de chopo. Aquí hay madera de todos los colores”.

El artista cuenta que las navajas con las que realizó las figuras también las hizo él: “Las navajas con las que he tallado esto las hacía yo. Como era viajante y me llevaba bien con los labradores, me regalaban guadañas viejas, que ya no se utilizaban, y yo las aprovechaba para hacer navajas”.

Alberto asegura que según le venía a la cabeza se ponía a tallar: “Todo lo que hay aquí son cosas tal y como yo las recuerdo. Tengo en la cabeza todo y recreo lo que he viví cuando era niño, siendo viajante o como labrador”.

Dependiendo de la figura tarda más o menos pero en general dos días son suficientes para tallar una pieza. El creador alega que esto no lo hace por dinero, la entrada es libre, pero ha tenido ofertas de compra: “Me hablaron porque querían comprarlo y llevárselo para Madrid pero les dije que no, no lo creé para sacar dinero sino para que la gente lo vea. Aquí han venido personas de zonas como Zamora o Ponferrada”.

La provincia, en miniatura

Haciendo un guiño a Santa Marina del Rey, su lugar de nacimiento, cuenta que entre las piezas se encuentran varios carros de esa zona, como uno llamado ‘el volquete’, y también del Bierzo, tierra de su madre: “Da la circunstancia de que mi madre nació en Noceda del Bierzo y mi padre en la Ribera del Órbigo, y yo me pregunto, una pareja de novios que vivían tan lejos y en esa época que no había coches ni nada, ¿cómo se veían? Pues se las arreglaron”.

Destaca una figura de San Isidro Labrador. Alberto asegura que un obispo de Astorga quiso adquirirla: “Un obispo me pidió que se lo vendiera tres o cuatro veces, que le gustaba mucho, pero le dije que no”.

Recordando su vida como niño, labrador y viajante, ha tallado utensilios típicos de cualquier casa de labrador, la matanza de cerdos, un herrador, la lagar, molinos para moler grano, un alambique para hacer aguardiente, la mosquera, carretones antiguos para niños, los pupitres de las clases o incluso la herrería de Compludo y un molino automatizados.

Don Quijote y Sancho Panza también están presentes. El artista explica que le vino la inspiración una noche, a las 4 de la mañana, y se dispuso a crearlos: “Mi mujer miró el reloj y me preguntó qué iba a hacer y le dije la verdad, que me había venido una idea y tenía que ponerla en práctica, y así lo hice”.

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3 comentarios en “Recuerdos de madera

  1. Y eso que empezó a los 60. Si empieza con 15 a lo mejor habíamos tenido un miguel ángel español. Eso si, podían haber dicho si se pueden ver y dónde.

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