El Bar Ríos estaba en la calle Señor Ovalle, una de las que sale de la plaza mayor de Astorga. Su nombre real era el bar Río, en singular, pero todo el mundo en Astorga lo conocia como el bar “Rios”, así, en plurar.
Su dueño era el Señor Joaquín Río, el cual, además de estar todas las horas del día detrás de la barra, mantenía el orden en el local, cuando alguien se pasaba, utilizando un sifón, con el que duchaba a cualquiera cuando era necesario. El bar estaba abierto todo el día y acudía a él, todo tipo de público:
Tenía gente hospedada, Señores mayores en su mayor parte, que desayunaban comían y cenaban en el comedor que tenía detrás. A ese mismo comedor, venían a comer los militares los platos combinados a base de huevos fritos y patatas fritas. Otro tipo de público que acudía eran los estudiantes, éstos venían principalmente a comer los famosso bocatas de patatas fritas y a tomar mistela que era un vino dulce de garrafón que estaba muy bueno.
También había un par de grupos fijos que estaban en el bar casi todo el día: Por un lado estaban los manguis, que estaba compuesto por un grupo pequeño de gitanos, principalmente el Tanis y el Cholo, (ambos fallecidos en accidente de circulación) acompañados por algunos payos (Mortero y otros) y por otro lado estábamos los melenudos, con especial mención (por número de horas en el bar, para Guto, que vivía en una tienda de campaña en la Eragudina (otra temporada la tuvo en un campo cerca del cementerio) y el resto del día estaba en en el bar Rios.
Aparte de los bocatas de patatas fritas y la mistela, el principal atractivo del Bar Ríos era la máquina de discos. La música de la misma era seleccionada por César Rio, el hijo del señor Joaquín. Tenía muy buen gusto eligiendo los discos.
Hasta que la discoteca Anuska no empezó a permitir que su pinchadiscos Tomás, pusiera Rock, la máquina del Rios era prácticamente el único lugar de Astorga donde se podía escuchar buen rock. Además, esto perduró durante varios años, por la máquina aquella pasaron desde rock clásico, tipo Rolling, Queen, hasta al final cosas de la nueva ola, punk, música de los primeros ochenta… etc… Siempre había algunos discos de Rumbas de chichos, chunguitos y demás, que las ponían los manguis,
Entonces no había móviles para quedar con la gente, pero no importaba: salías de casa, ibas al Rios y allí estaba la mayor parte de la gente interesante de Astorga.
Alrededor del Rios, se empezó a montar un grupo cada vez más grande de personas que fue conocido como “la basca del Ríos”, Hubo momentos en que el grupo era realmente numeroso, recuerdo fiestas en el jardín, en casa de alguno de los miembros o en el campo, en que nos reuníamos, más de un centenar de personas. El ríos se convirtió en el referente de la marcha en Astorga. Pasarían algunos años hasta que empezaran a montarse los primeros bares musicales y pubs en Astorga.
Lo que tengo claro, es que si las horas que hice en el Ríos cotizaran para la jubilación, había cumplido hace tiempo, los años de cotización necesarios…
Recuerdo un verano, que intentaron montar un festival de Rock en Astorga. Dicho festival fue prohibido por el alcalde a petición del obispo, (realmente lo que hizo el alcalde fue empezar a pedir avales imposibles de obtener por los organizadores. Alguien llegó al Rios, nos contó que se había suspendido el festival y nos fuimos a la plaza mayor a protestar. Poco a poco, a los diez o doce que empezamos, se nos unieron bastantes más y acabó siendo una manifestación de unas cuantas personas y un montón de curiosos que alucinaban a cuadros de ver una manifestación en Astorga y además, era de los melenudos del Ríos pidiendo rock… La verdad que no sólo pedíamos rock, lo que pedíamos era que se acabaran ya las cacicadas, que la iglesia dejara de inmiscuirse en nuestras vidas y de decir a los políticos lo que estaba bien y lo que estaba mal… Desgraciadamente, como se puede observar hoy en día, en éste último punto, no hemos avanzado mucho en este país.
El caso es que Ramón Nuñez, nos hizo la foto que muestro arriba y aparecimos en primera plana en todos los periódicos provinciales. De hecho, cuando ese septiembre volví al colegio de los curas, vino corriendo mi amigo Manuel López, de Olleros de Sabero, con un periódico de hacía unos meses en la mano, diciéndome que yo salía en la foto de la portada. (era la imagen que acompaña éste artículo).
Esta semana me he decidido por dos play-lists, en ambos casos contienen canciones que yo recuerdo que estuvieron en la máquina del Ríos, la diferencia entre ambas era que mientras una es de las rumbas y alguna cosa de camarón que ponían los manguis, la otra es del rock que poníamos los jipis. En la de Las rumbas , para hacerla un poco más llevadera, he procurado escoger versiones nuevas de colaboraciones con otros artistas, porque a mí al menos, uno o dos temas me gustan, pero meter una lsita entera de chichos y chunguitos exclusivamente, se me hace durillo.
Disfrutadlas, porque, como decíamos entonces:
De perdidos… ¡al Ríos!
MANUEL ÁNGEL LAIZ SOLLA