Urcacyl confía en obtener “precios razonables” para una cosecha de cereal “excepcional”

Recalca la importancia de las cooperativas, que comercializarán de forma escalonada en torno a tres millones de toneladas de cereales
Cosecha de cereal. / Esther Balgoma Hernando

La Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (Urcacyl) subrayó este miércoles la importancia del cooperativismo ante una cosecha de cereal qu econsideran “excepcional”, que llega en un momento de caída de la demanda con motivo del COVID, que ha provocado un menor consumo en alimentación por la disminución del turismo, cierre mayor o menor del canal Horeca, y peor situación económica del consumidor. Ante estas circunstancias, consideran que el reto está en la fase de comercialización durante toda la campaña 2020/21, y en conseguir “razonables precios medios de campaña” asegurando a los productores el cobro “a pesar de los riesgos de un mercado muy revuelto”.

Según los datos recogidos por Urcacyl de sus cooperativas, el volumen de cosecha alcanzará los 8,8 millones de toneladas de cereal de invierno, con rendimientos récord que rondan las 4,75 toneladas por hectárea en trigos y cebadas, que predoominan en la Comunidad. Estas cifras vienen acompañadas por una cosecha histórica a nivel nacional, con 23,5 millones de toneladas de cereales de invierno y 26,7 sumando el maíz. Además, a nivel mundial, las cifras también apuntan a unos datos excelentes.

A las dificultades ya mencionadas, añaden en un comunicado recogido por Ical factores como la abundancia de pastos para el ganado, las dificultades de la exportación o la depresión de los precios de los cereales pienso por la vinculación del maíz destinado a etanol (y por ello del precio del petróleo que se hundió con motivo de la pandemia). El resultado es el de unos precios de los cereales, sobre todo en cereales para alimentación animal, por debajo de la media de las últimas campañas.

Según apuntan, ahora es necesario abastecer regularmente a un mercado y a una industria transformadora que consume casi 100.000 toneladas de cereal cada día, y que, a pesar del enorme volumen de cosecha, tiene que complementar su consumo con cereal importado. “Es decir, a una cosecha excepcional, le tiene que acompañar una comercialización a la misma altura”, resumen.

El papel de las cooperativas, que comercializan alrededor de un tercio de ese volumen, es “esencial” en esta situación de producción y mercado, ordenando una oferta muy atomizada. Las cooperativas facilitan una comercialización escalonada, mes a mes, de la cosecha de sus socios -propietarios de sus cooperativas-, garantizándoles un servicio que permite gestionar las ventas de forma profesional, con razonables precios medios de campaña y asegurándoles el cobro a pesar de los riesgos de un mercado muy revuelto.

“Además, las cooperativas han demostrado en estos últimos años que miran al mercado no sólo de forma cortoplacista en el tiempo y el espacio, sino que son empresas capaces de ver al sector agropecuario en su conjunto y confiables en el tiempo”, condensan.

“Esta es una campaña para agrupar volumen en las cooperativas y olvidarse del individualismo que descuenta tanto los precios. La actitud valiente y decidida en la comercialización, a través de las cooperativas, es el camino que tiene el productor para obtener buenos resultados a lo largo de toda esta campaña de comercialización”, concluyen.