Se nos fue como vivió

Una llamada a primera hora el lunes, a primera hora de la semana, a primera hora… Castorina ha muerto. Un respingo en mi columna vertebral de arriba a abajo recorrió electrizante mi cuerpo. Castorina, la eterna Castorina, se nos fue en silencio, como siempre permaneció.

Castorina habló a través de su obra. Un grito existencialista continuo. Rebeldía de joven alma en cuerpo mayor. Sus dibujos, cuadros y obra en piedra o fundición son ya desde hoy oscuros objetos de deseo de coleccionistas privados y marchantes lejanos. Tu obra te dará el reconocimiento que quizá no tuviste en vida a nivel nacional e internacional.

Nacida en los tiempos de crisis económica mundial, un 5 de noviembre de 1928, tuvo un primer maestro su padre Florentino hasta 1936, año también fatídico para todos los españoles. Al principio cursó estudios de música en el Conservatorio de Salamanca entre los años 40 y 50; pero fue más tarde, desde 1954 en el Escuela de San Fernando de Madrid donde entra y se especializa en Dibujo, Modelado y Talla Escultórica. También asiste a la famosa Escuela de Artes y Oficios de Madrid.

Con esa formación entra sin darse ninguna importancia en el Instituto de Enseñanza Media de Astorga. Donde desde 1966 a 1983 imparte clases. Fue ahí donde miles de astorganos la conocimos bien. Tuvimos el placer de compartir su amor por el dibujo, las formas y el modelaje. Pero sobre todo, su infinita paciencia para con todos y su bondad, porque si en algo se distinguía Castorina era por su carácter afable.

En Astorga contamos con obras señeras suyas como la del Bimilenario de la ciudad, El Crofrade, la maternidad…Se va una gran artista y una mejor persona. Astorga y sus comarcas hoy lloran su pérdida.