La XXVII edición de Música en la Catedral de Astorga cerró su programación veraniega este sábado con la dupla de órgano y violín. Para la ocasión dos jóvenes intérpretes: Lisette Carlebur a las cuatro cuerdas y Víctor Baena a los registros y pedales de órgano de la Catedral.
Combinación perfecta
No es común escuchar juntos al órgano y al violín. De hecho la profundidad de registros del órgano lo ha convertido históricamente en un instrumento concebido para a penas ser acompañado. Las adaptaciones de obras “clásicas” para este tándem de instrumentos fueron todo un acierto en el programa. Al igual que en todo el ciclo musical el repertorio se centró en los años dorados de la música barroca. Cabezón, Buxtehude, Uccellini, Sweelinck, Benedetto Marcello. El maestro de maestros J.S. Bach y el más cercano en el tiempo Luigi Bocherini (La Musica Notturna delle strade di Madrid).
Órgano y violín funcionan a la perfección en armonía. Sobre todo si la calidad de los interpretes es tan magnífica como la de Baena y Carlebur. La Sonata para violín y bajo continuo de Marcello fue de una belleza sin igual. Y la interpretación de la Toccata in d BWV538 de Bach todo un acierto por parte del madrileño.
Un concierto de enorme calidad a la altura de los mejores auditorios. A la altura del órgano de la Catedral de Astorga. La Música en la Catedral cierra su programa un año más deleitando los sentidos de los amantes de la música antigua.
Lisette Carlebur, violín
Nacida en 1996 en Del Helder (Holanda), la joven violinista comienza sus estudios en la escuela de música de Triade. Con trece años es admitida en el Conservatorio de Ámsterdam, donde estudia actualmente. Con infinidad de cursos y un buen número de premios a sus espaldas, recorre escenarios con Víctor Baena desde 2015.
Víctor Baena, órgano
Madrileño, 1995. A pesar de su juventud ya es toda una figura del órgano. Estudia actualmente en el Conservatorio de Ámsterdam bajo la tutela de Pieter van Dijk y Matthias Havinga. Junto con Lisette ha recorrido en numerosos conciertos la geografía holandesa.
Fue un concierto maravilloso. Excelentes y difíciles piezas y una interpretación sobresaliente. Por muchas más.