El partido histórico, vivido este miércoles en la Eragudina, entre el Astorga y el Sevilla comenzó a sentirse desde primera hora de la mañana. Cientos y cientos de aficionados de ambos equipos contaban las horas con ansia para poder asistir a una cita que para los astorganos era histórica.
A las 19 horas, la cola en la Eragudina llegaba hasta Santa Clara y a las 20 horas los aficionados comenzaron entrar al campo entre gritos, sonido de bombos y cánticos, muchos de ellos asimilando lo que iba a pasar, calificándolo incluso de “surrealista“. Lleno hasta la bandera, uno de los grandes esperados era el capitán y leyenda futbolística Sergio Ramos, que acaparaba las pancartas, pidiéndole una foto o su camiseta.
A las 21 horas, con el pitido inicial, los astorganos comenzaban a animar con gritos de ‘Astorga, Astorga’, más aún cuando el equipo de Lago comenzaba a acercarse a la portería sevillista. La marea verde confiaba y se preguntaba si el Sevilla era de Primera, ya que no lo estaban demostrando.
Cuando el árbitro pitó un penalti a favor del Sevilla, los aficionados no se lo podían creer, ya que era más que dudoso, por lo que el árbitro comenzó a ser el foco de los gritos.
En la segunda parte, con el Sevilla dominando, los astorganos no paraban de animar a su equipo, incluso cuando llegó el segundo tanto de Gattoni. Los sevillanos apretaban pero las ocasiones salvadas por Barredo provocaban los gritos y ovaciones.
Hasta el último minuto, la marea verde no dejó de arropar y aplaudir a sus jugadores pues habían dejado el pabellón muy alto y podían sentirse orgullosos y llevar la cabeza bien alta tras el gran partido realizado ante el vigente campeón de la Europa League.