El papa León XIV abogó este domingo por “una iglesia unida que se convierta en fermento de un mundo reconciliado”, que camine de la mano de “otros caminos religiosos para construir un mundo nuevo en el que reine la paz” y que “valorice la historia personal de cada persona y la cultura social y religiosa de cada pueblo”.
Una iglesia unida frente a la existencia de “demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente y un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres”.
Así lo señaló hoy en la homilía pronunciada en su misa de inicio del Pontificado en la Plaza de San Pedro del Vaticano, a la que asistió una delegación española encabezada por los reyes, Letizia y Felipe VI, y entre la que se encontraban las vicepresidentas primera y segunda del Gobierno, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, o la embajadora de España ante la Santa Sede, María Isabel Celaá, además de mandatarios de todas las partes del mundo.
Desde primera hora de la mañana eran miles las personas que se agolpaban en la plaza, que terminó por abarrotarse, para ser testigos de la ocasión. Antes del comienzo de la ceremonia, el papa, subido a su papa móvil, recorrió la plaza para poder saludar a los fieles congregados en el lugar. Entre ellos se encontraban miembros de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, que en el día de ayer participaron en la Gran Procesión del Jubileo de las Cofradías.
A las 10 horas, León XIV bajó a las Grutas Vaticanas para rezar junto con los patriarcas de las iglesias de oriente, tras lo que las ‘Laudes Regie’ dieron paso al camino hacia la plaza de San Pedro, donde el cardenal Zenari impuso el palio al papa, mientra que el cardenal Luis Antonio Tagle hizo lo mismo con el anillo del pescador para, finalmente, llevar a cabo el rito de obediencia mediante el que la comunidad cristiana le reconoce como sucesor de Pedro, informa Ical.
Con unas palabras de recuerdo al papa Francisco, cuya muerte “llenó de tristeza los corazones”, León XIV inició la homilía en la que reconoció haber sido elegido “sin ningún mérito”, al tiempo que se presentó, “con temor y temblor”, como “un hermano que quiere ser servidor de fe y de alegría ante un Dios que nos quiere a todos unidos en una sola familia”.
“La iglesia de Roma preside en la caridad y su verdadera autoridad es la caridad de Cristo, porque nunca se trata de capturar a otros a través de la opresión, la propaganda religiosa o los medios de poder, sino siempre y solo de amar como lo hizo Jesús”, aseguró.
El pontífice se fijó como “primer gran deseo” el logar “una iglesia unida, signo de unidad y de comunión, que se convierta en fermento de un mundo reconciliado” y que, “en tiempo de demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente y un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres.”, sea “levadura de unidad, de comunión y de fraternidad”.
Para ello, apostó por recorrer un camino “con quienes siguen otros caminos religiosos y con quienes cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios” y “sin cerrarnos en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo”, con el objetivo de “construir un mundo nuevo en el que reine la paz” y se llegue a una unidad que “no anule las diferencias, sino que valorice la historia personal de cada persona y la cultura social y religiosa de cada pueblo”.
“Con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, construyamos una iglesia fundada en el amor de Dios y signo de unidad, una iglesia misionera que abra los brazos al mundo, que anuncie la palabra, que se deje perturbar por la historia y que se convierta en fermento de armonía para la humanidad”, finalizó el papa.
Además, tras el canto del ‘Regina caeli’, León XIV tuvo unas palabras de recuerdo para “los hermanos y hermanas que sufren en Gaza, niños, familias y ancianos supervivientes que pasan hambre.”, así como para Myanmar, “donde las hostilidades se han cobrado jóvenes vidas inocentes” y la “la atormentada Ucrania, que por fin espera negociaciones para una paz justa y duradera”.