La directora ejecutiva de la Agencia europea del Medicamento (EMA), Emer Cooke, destacó que los “beneficios” de la vacuna de AstraZeneca superan con mucho a los posibles efectos secundarios, y subrayó que “el riesgo de hospitalización o incluso de muerte por contraer la COVID-19 es mucho mayor” que el relacionado con esta vacuna.
Con todo, declaró que las decisiones sobre suspender la inmunización con esta u otras vacunas dependen de las autoridades nacionales de cada país, que “son quienes mejor conocen” el estado de la pandemia en su población, la disponibilidad de las distintas dosis y el porcentaje de personas vacunadas.
Finalmente, Cooke hizo un llamamiento a la población general para acudir a los servicios sanitarios “de forma inmediata” ante la aparición de síntomas indicativos de trombosis tras la administración de la vacuna.
Según el listado facilitado por la EMA, estos consistirían en problemas respiratorios, dolor persistente en el pecho, hinchazón repentina en la pierna, dolor abdominal continuado, dolores persistentes de cabeza o pérdida de visión.
Además, instó a los profesionales sanitarios a “estar alerta” ante posibles casos de trombosis para auxiliar “cuanto antes” a los afectados.
La EMA confirmó este miércoles la “posible vinculación” entre la aparición de trombos junto a un nivel muy bajo de plaquetas en sangre y la administración de la vacuna de Astrazeneca, ahora rebautizada como Vaxcevria.
La aparición de estos síntomas durante las dos semanas posteriores a la inmunización “debe considerarse como un efecto secundario muy raro” de la administración de este suero, declaró en rueda de prensa Sabine Straus, jefa del comité de Seguimiento de vigilancia farmacológica de la EMA (PRAC), que hoy expuso sus conclusiones sobre la evaluación respecto a la seguridad de esta vacuna.
Según Strauss, se han registrado más casos de trombosis asociadas a la vacunación con Vaxcevria entre mujeres menores de 60 años, aunque no pudo precisar si ello se debe a las características demográficas de la muestra de población inmunizada con dicha vacuna en la UE.
De momento, “no podemos confirmar ninguna relación con la edad, el historial clínico, el consumo de anticonceptivos o el embarazo”, aseguró Strauss.
Indicó que el PRAC ha analizado 62 casos de trombos cerebrales y 24 casos de trombosis abdominal, todos ellos asociados a un bajo nivel de plaquetas.
“Una posible explicación” a este efecto secundario no deseado puede ser “una reacción inmunitaria similar a la que les ocurre –también de forma excepcional- a algunos pacientes tratados con eparina”, detalló.
Con todo, insistió que “los riesgos asociados a la enfermedad de la COVID-19 son mucho mayores que los relacionados con la vacunación con AstraZeneca”.