La pelota está en el tejado de los políticos

Los responsables del Gobierno central y de la Junta de Castilla y León deben estar preocupados por el éxito de las manifestaciones que este pasado domingo, 16F, han recorrido las calles de Villablino, Ponferrada y León en demanda de medidas urgentes y extraordinarias para reindustrializar la provincia y revertir la dramática tendencia al envejecimiento y a la despoblación. 80.000 personas son muchas voces gritando y exigiendo en la misma dirección.

Los ciudadanos han hablado. Ahora le toca el turno a quienes gobiernan en Valladolid y en Madrid. La pelota está en su tejado y se requiere una rápida respuesta. Los líderes provinciales de UGT y CCOO lo dijeron alto y claro: esta es la última oportunidad para León. Las intervenciones al final de la manifestación de León de Xosepe Vega y Enrique Reguero fueron centradas y acertadas. Vega fue demoledor: León se ha convertido en el sumidero de todo el noroeste. Tremendo, pero cierto. Y el noroeste, en la nueva Siberia periférica de la periferia.

Hubo un intento por parte de las organizaciones leonesistas de apropiarse de la manifestación de la capital. Sobraron los abucheos y gritos contra los dirigentes sindicales nacionales. León necesita en Madrid todos los apoyos para sacar adelante sus propuestas. Y ante un Gobierno de coalición de izquierdas, CCOO y UGT pintan mucho en la toma de decisiones de La Moncloa. Que el leonesismo cumpla lo prometido por la UPL y convoque su propia manifestación. A ver qué pasa. El 16F ha puesto el listón muy alto.

Pero no hay que desviarse del asunto central. Ahora hay que pasar de las  musas al teatro, es decir constituir la Mesa para el futuro de León, prevista para el 3 de marzo en la Diputación. En esa reunión, los sindicatos pondrán encima de la mesa los gritos de esos 80.000 leoneses cabreados por la decadencia de la provincia. Y sus exigencias para actuar rápido y con contundencia. A la pregunta de ¿y ahora qué?, los políticos deben responder con acciones urgentes y concretas. No se puede perder el tiempo en debates internos sobre quién debe liderar esa Mesa, qué procedimientos y calendarios establecer o cómo actuar. Los sindicatos deberían llevar a esa Mesa un documento con propuestas concretas, con prioridades y hasta con los números hechos, es decir cuantificando el déficit de las inversiones de la Junta y del Gobierno en la provincia y las necesidades de inversión no sólo en este año sino en los próximos cinco.

La Mesa  no puede ni debe enredarse en reglamentos de funcionamiento ni en propuestas para elegir al profesional independiente y apolítico que encabece la sociedad, agencia o como se quiera llamar que gestione los acuerdos de la Mesa por el futuro de León. Quedan más de dos semanas, antes del 3M, para que se trabaje en los preliminares organizativos y burocráticos en torno a esa Mesa. El 3M no se puede quedar en un acto protocolario para que todos salgan sonrientes en las fotos de los periodistas.

Gobierno y Junta comienzan a elaborar sus presupuestos y las previsiones no son halagüeñas para León. Por eso no se puede perder ni un minuto. Los líderes socialistas y populares que el domingo participaron en las manifestaciones deben pasar ya los informes correspondientes a los gobernantes en Madrid y Valladolid.

Los leoneses no se pueden permitir el fracaso de la Mesa por el futuro de León. Los sindicatos, como convocantes del 16F, son los garantes del cumplimiento de las expectativas de los 80.000 manifestantes. Vega (CCOO) y Reguero (UGT) están mandatados ahora por 80.000 leoneses para exigir y presionar. Que no nos defrauden.

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