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Julián Barrio Barrio, originario de Manganeses de la Polvorosa, fue ordenado sacerdote en la Diócesis de Astorga. En la actualidad, ostenta el cargo de arzobispo de Santiago de Compostela. El prelado ha concedido esta entrevista a Diario de Astorga-Astorga Digital, para dar a conocer la realidad del lugar santo, así como su trayectoria dentro de la iglesia.
D. Julián Barrio, ¿podría hacer un balance de estos 25 años como Obispo, todos ellos en la Archidiócesis de Santiago?
Como se puede imaginar no es tarea fácil hacerlo en unas pocas líneas. En todo caso mi compromiso pastoral ha sido caminar con mis diocesanos unas veces delante de ellos para indicar el camino; otras en medio, con una cercanía sencilla y comprensiva; y otras detrás, para animar a los que necesitaban una mayor motivación en su esperanza, animándoles en el peregrinar cristiano. Son diferentes los aspectos que podíamos reseñar en la preocupación pastoral pero ha sido mi preocupación escucharles para dar respuestas a las preguntas que hacían con la colaboración inapreciable del Obispo Auxiliar, de los sacerdotes, de la Vida consagrada y de los laicos. Todo ello orientado a la celebración del Sínodo diocesano que ha sido un punto de llegada y ahora, una vez celebrado, está siendo un punto de partida de la renovación pastoral en la Diócesis.
Por tanto ¿está plenamente integrado en esa comunidad autónoma gallega?
Desde el primer momento traté de hacerlo sin saber si iba a estar poco o mucho tiempo. Uno tiene que tratar de integrarse, florecer y dar fruto allí dónde el Señor lo ha plantado al servicio de la Iglesia y de la sociedad.
Mons. Barrio, ¿los tesoros de la Catedral de Santiago están totalmente seguros, después del robo del “Códice Calixtino”?
Considero que sí. Humanamente se ha hecho todo lo posible para que los tesoros culturales de la Catedral estén seguros y puedan ser contemplados por las personas que lo deseen. En el supuesto de que nadie puede garantizar una seguridad absoluta, se ha buscado evitar una situación tan dolorosa como aquella que sufrimos con el caso del Códice Calixtino. Sin renunciar a la confianza en las personas que desempeñan una misión en la Catedral, se han reforzado las medidas de seguridad y los controles, buscando que no afecte a la celebración litúrgica ni a la presencia de los peregrinos.
¿Una buena parte de la pastoral de Santiago está enfocada al camino y a los peregrinos?
Sin duda es una dimensión pastoral muy significativa y característica de esta Diócesis. Estamos realizando todo aquello que está dentro de nuestras posibilidades para dar respuesta a la acogida material pero sobre todo espiritual de los peregrinos.
¿La Diócesis de Astorga también es muy activa en peregrinaciones jacobeas?
Es una referencia muy importante a lo largo del Camino de Santiago. Lo fue históricamente, lo es en la actualidad y seguro que lo seguirá siendo. Sé de los esfuerzos y de la preocupación que en este sentido se están haciendo.
D. Julián, ¿qué recuerdos guarda de su etapa en Astorga?
Decir que son muy buenos podría parecer una respuesta políticamente correcta. Pero la realidad es esa. Intenté colaborar lo mejor que supe y puede en una Diócesis para mí muy querida y es mucho lo que tengo que agradecer a tantas personas que me ayudaron con su colaboración y oración en la tarea que se me encomendó entonces y que tengo encomendada ahora.
¿Se constata también en Santiago el envejecimiento del clero diocesano? ¿Cómo intentan paliarlo?
El envejecimiento de nuestra población, y en concreto del clero, es una realidad que preocupa. En cuanto al relevo sacerdotal en la Archidiócesis no lo tenemos en la medida que yo desearía. Esto nos ha llevado a plantear una forma de pastoral distinta. No podemos hacer las cosas como siempre se han hecho, agradeciendo por supuesto el esfuerzo que los sacerdotes han hecho y están haciendo. En el Sínodo diocesano recientemente celebrado hicimos una reflexión al respecto y vimos la necesidad de una conversión pastoral que vaya más allá del puro mantenimiento para convertirse en una pastoral misionera, evangelizadora en la que asuman sus responsabilidades los laicos y los miembros de la vida consagrada, respetando siempre su carisma. Para dar respuesta a esta preocupación hemos puesto en funcionamiento las Escuelas diocesanas de Agentes de Pastoral y estamos configurando las unidades pastorales conforme a las nuevas exigencias.
¿Es posible que el Papa Francisco visite Santiago en 2021? ¿Están haciendo gestiones para ello?
Sin duda a mí me agradaría mucho que visitara Santiago de Compostela. El Camino de Santiago y la peregrinación jacobea están teniendo un eco más allá delos límites de nuestra geografía en la preocupación evangelizadora. El Papa lo sabe.
Finalmente, ¿algo más que añadir don Julián Barrio?
Mi agradecimiento a todas las personas que me han acompañado y ayudado. Por otra parte, decirles que tenemos motivos para la esperanza en el servicio a la Iglesia, conociendo nuestras posibilidades y capacidad para hacer el bien y construir como decía San Agustín, la ciudad de Dios en medio de la ciudad de los hombres. Le pedimos al Apóstol Santiago que “desde aquí resuene la esperanza”.
