Entrevista

Juan Cayón: “El Estado debería proteger los entornos rurales y servir a la sociedad con una economía planificada en el sector primario”

El rector de la Universidad de Nebrija, de ascendencia maragata, habla con Diario de Astorga-Astorga Digital sobre actualidad, educación y el futuro de las universidades

El rector de la Universidad Antonio de Nebrija, Juan Cayón, es vicepresidente de la Junta Vecinal de Turienzo de los Caballeros (perteneciente al municipio de Santa Colomba de Somoza). Aprovechando su estancia estival en la localidad maragata, desde DIARIO DE ASTORGA-ASTORGA DIGITAL le hemos entrevistado sobre temas de actualidad, educación y política para conocer más a fondo su punto de vista.

Doctor y licenciado en Derecho, Juan Cayón es diplomado por la Escuela de Práctica Jurídica así como graduado superior en Ciencias Jurídicas por la Universidad Pontificia Comillas ICADE, y también diplomado superior en Lengua y Civilización Francesa por la Universidad de la Sorbona (París). El profesor Juan Cayón forma parte de la Universidad Nebrija desde 2004 y desde entonces imparte clases de Filosofía del Derecho, Moral y Política así como de distintas asignaturas vinculadas al Derecho Informático. Ha sido vicerrector de Programas Internacionales, director del Departamento de Derecho y Relaciones Internacionales, así como secretario general y secretario del Consejo Rector de la Universidad.

Juan Cayón tiene publicados numerosos artículos y es coautor de varias monografías. Además, como académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y de la Academia de las Artes y las Ciencias de Puerto Rico, ha recibido la Orden de la Abogacía Peruana y otras importantes distinciones nacionales e internacionales. Patrono de la Fundación Elías de Tejada y Erasmo Pércopo, secretario del Centro de Estudios Hispánicos Felipe II y miembro de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino y la Unión Internacional de Juristas Católicos. Abogado en ejercicio desde 1991, es un reputado profesional del derecho universitario y socio fundador de la Asociación para el Estudio del Derecho Universitario en cuya junta directiva está también integrado. Ha sido también presidente del Grupo de Secretarios Generales del Foro Emilia Pardo Bazán, que aglutina a las principales Universidades privadas y de la Iglesia españolas.

Es uno de los pocos españoles pertenecientes al Movimiento Pugwash que buscan el desarme nuclear y la responsabilidad social del científico en temas como el crecimiento demográfico, el deterioro medioambiental y el desarrollo económico del planeta.

¿Qué le une a Turienzo de los Caballeros?

Mi familia por línea materna es maragata. Mi abuelo materno nació en Turienzo de los Caballeros, y he pasado los mejores veranos de mi vida. Cada mes de agosto venía a pasar unas semanas y son los veranos de la niñez los que marcan. Personalmente me siento muy vinculado a Maragatería, especialmente a Turienzo.

¿Qué opina del problema de la despoblación en el mundo rural? ¿Qué necesidades puede haber?

Tengo una opinión bastante formada de lo que está pasando. Tengo la suerte de ser el vicepresidente de la Junta Vecinal de Turienzo de los Caballeros aunque vivo en Madrid. Lo que pasa en Turienzo es un ejemplo paradigmático. En invierno Turienzo debe tener en torno a siete u ocho habitantes de los cuales creo que hay seis que rondan los 80 años. Es evidente que en unos años Turienzo quedará deshabitado. Los jóvenes no ven oportunidades en esta región y como ya no gusta o no se lleva trabajar en el campo o la ganadería, son muy pocos los que pueden tener una vida sostenible en estas regiones rurales.

Me parece que es un error garrafal por parte de la administración no apoyar al medio rural no solamente a través de las empresas de servicios, en tema de turismo, sino no apoyarlo a través del sector primario. El Estado debería proteger estos entornos rurales y, además, servir a la sociedad a través de una economía con una planificación en el sector primario. Creo que España, por su entrada en la Unión Europea, renunció a ser una economía industrial y de sector primario y creo que fue un error. Deberíamos haber negociado mejor esa salida, esa cuota láctea, básicamente por la debilidad que nos supone de puertas para dentro esta despoblación en Castilla y León. Hay enormes regiones de España que se están quedando prácticamente desiertas y eso conlleva una serie de problemas adicionales. Como los caminos no se transitan, crece la maleza, resulta más difícil llegar de un lado a otro, surgen incendios forestales con mayor facilidad, mayor pobreza.

Estoy dispuesto a remediarlo viniéndome a vivir a Turienzo de los Caballeros en cuanto tenga la oportunidad.

¿Cómo definiría la Universidad Antonio de Nebrija y qué aspectos destacaría de ella?

Es la tercera universidad privada que se funda en España en 1995. Tiene una serie de características que han hecho que en los últimos años nos vaya muy bien. Hemos sido catalogadas en los ránkings nacionales como número 1 en calidad de docencia, estamos muy preocupados por aplicar nuevas metodologías y sistemas docentes que facilitan el aprendizaje de los estudiantes. Somos una universidad muy internacionalizada, tenemos cerca de un 40% estudiantes internacionales matriculados en nuestra universidad.

Es una universidad que está orientada a servir a la sociedad. Las universidades privadas piensan con frecuencia que los clientes de la universidad son los estudiantes o sus padres, por lo que intentan dirigirse a ellos. Nuestra filosofía el cliente final es la empresa que va a contratar a nuestros titulados. Tenemos que atender lo que ellos quieren, el estudiante es la materia prima que durante cuatro años formamos. Estoy muy orgulloso de haber estado estos cuatro años como rector de la universidad. Empecé en esta universidad 2004, y antes vicerrector en otras universidades. He encontrado un lugar estupendo porque es una universidad lo suficientemente grande como para tener potencia y capacidad investigadoras y programas de doctorado en ciencia, y lo suficientemente pequeña como para estar poco dimensionada en carácter humano, tenemos 8.000 estudiantes, y en ese intermedio se encuentra el valor añadido de la universidad.

¿Cree que las universidades deben garantizar la excelencia en investigación?

Sí, pero la situación de la universidad española es bastante delicada. Soy bastante crítico con los gobiernos anteriores con relación a cómo han querido estabilizar la universidad. Es totalmente imposible que sin dotar a los rectores y órganos de gobierno la autonomía necesaria y las herramientas para poder gobernar, la universidad española termina funcionando bien. Somos un país que ha sufrido unos recortes importantes en materia educativa y el  marco normativo en el que nos movemos es asfixiante, estrecho. La autonomía universitaria, para poder probar una nueva titulación o un área de mercado, por así decirlo, hay una enorme cantidad de controles burocráticos típicos de los sistemas públicos que no garantizan en absoluto la calidad.

Tenemos un sistema universitario mejor del que nos creemos. Siempre se argumenta que las universidades españolas no están entre las 20 primeras, pero sí es verdad que tenemos a todo el sistema prácticamente entre las 500 mejores, y en un sistema universitario mundial en el que hay sobre 22.000 universidades, tener colocado a todo el sistema español entre las mil mejores, me parece que posiciona un sistema bastante universal y en la parte superior de todas las universidades del mundo. Nuestro sistema no está tan mal.

Desde la conferencia de rectores de las universidades españolas pedimos repensar la legislación básica de la universidad, la ley orgánica. Se hace necesario, en el caso de las universidades públicas, dotarlas de una serie de herramientas que permitan tomar decisiones que se puedan cumplir. Hoy por hoy el sistema está excesivamente en manos de asambleas, claustros congresos… Tomar una decisión es muy complicado, como hay que poner de acuerdo a mucha gente y buscar muchos consensos, al final eso paraliza la universidad. Las universidades privadas no tenemos esos problemas porque nos autogobernamos de una manera distinta, y ahí está nuestra eficiencia.

Mientras el sistema universitario cae un 1% al año, las universidades privadas estamos creciendo en torno al 2%. La gente percibe que es una inversión la viabilidad porque hablamos todo el tiempo con las empresas y presentamos lo que estas quieren.

Se necesita simplificar el marco normativo en vez de aumentar la presión burocrática. En general creo que el país tiene un problema con la financiación universitaria. En vez de financiar al estudiante, se financia la universidad, un estudiante con una capacidad intelectual y una capacidad determinada de renta, si elige ir a una universidad pública está subvencionado el coste de su enseñanza en torno a un 80%, mientras que si elige ir a una privada no. Eso dota a las universidades públicas de una cantidad de recursos que son insuficientes para poder cubrir las estructuras inmensas y que como se recortan permanentemente siempre están fastidiados con la financiación.

No hay un incentivo a la productividad en el servicio público. El problema de la financiación es grande porque no es tanto competitiva entre las universidades -a la mejor universidad se le paga más- es meramente numérico. Perjudica claramente al sistema. Sostengo que un sistema de financiación que fuera más equilibrado y realmente apoyara al estudiante, es decir, en función de su capacidad económica y académica, sería más justo y daría muchos más frutos al país.

Mi abuelo era pescadero en Madrid y yo soy el primer universitario de mi familia. Mis padres decidieron invertir en mi educación y me mandaron a un colegio privado donde se gastaron bastante dinero en mi formación. Cuando fuimos a la universidad, mis compañeros, que tenían una clase social más alta que la mía, fueron a estudiar a la universidad pública, apoyados por el estado cuando sus familias ya tenían mucho dinero. Mientras que nosotros seguimos pagando por la universidad. Un sistema que financia si se estudia o investiga en una universidad pública o privada tenemos que apostar como país por las buenas universidades y, aunque sea duro decirlo, dejar caer las malas, tanto públicas como privadas. Creo en el trato igual en cuanto a oportunidades pero desigual en cuanto al apoyo del Estado, creo que quien tiene más capacidad intelectual y menos recursos económicos ha de ser más apoyado por el país.

Juan Cayón posa en Turienzo de los Caballeros. / DA

Otra de las cuestiones que se han manifestado es la necesidad de una EBAU única que dé las mismas oportunidas a todos los estudiantes del país, ¿está de acuerdo con este planteamiento?

Al haber transferido a las comunidades autónomas la competencia de la educación hemos hecho mal negocio. Creo que hay competencias que deberían ser comunes al Estado. No tiene sentido que las pruebas a la universidad sean diferentes, como no tiene sentido que sean diferentes los currículum formativos de la Enseñanza Primaria y Secundaria y Universitaria. Tenemos que reconocer las particularidades históricas de cada una de las comunidades, pero otra cosa distinta es solo enseñar la parte diferenciada.

El acceso a la universidad está garantizado, pese a que hay diferencias en la prueba, el número de aprobados es elevado. Este país tiene una cultura de universidad, pero creo que hay estudiantes que elegirían mucho mejor en su ida profesional hicieran Formación Profesional. Es otra evidencia de que el sistema debería estar unificado y la prueba debería ser una. Si se mide el nivel de los estudiantes lo lógico es que la prueba sea igual y que la difernecia la marque la capacidad del estudiante.

¿Qué iniciativas o proyectos futuros tiene programados la Universidad Antonio de Nebrija para los próximos años?

Tenemos un planteamiento de crecimiento, pero no tanto en número de alumnos. Hemos decidido ser una universidad pequeña. Nos gustaría crecer en valor añadido a los estudiantes. Para llegar a eso estamos mejorando nuestros contenidos y programas a través de la idea de la transversalidad. Es un proyecto novedoso en España.

Pensamos que los estudios universitarios tienen que servir para amueblar de los estudiantes. Piensan son estudios de grado y que la tecnología evoluciona tan rápido que muchas de las cosas en las que van a tener que desenvolverse, hoy por hoy no se conocen. Por tanto, en el nivel de grado queríamos huir de la hiperespecialiación. Nos gustaría estar en una oferta académica generalista, no vamos a títulos demasiado específicos. Queremos incluir en sus currículum asignaturas que no sean propias. Que un graduado en Economía pueda elegir asignaturas en Derecho o Relaciones Internacionales, porque eso les va a preparar mejor para el futuro profesional. Apuesta por la transversalidad, objetividad expandida. Pueden elegir de otras ramas de conocimiento diferentes y con una apuesta por títulos propios que complementan la formación de los estudiantes. Hemos metido un Diploma en inglés, para que salgan con un alto nivel de certificación porque pensamos que si sabes inglés tienes mayores oportunidades profesionales. No metemos dos cursos de inglés que no ayuda, sino a través de un Diploma específico.

Otra cosa que querríamos hacer es ser todavía más selectivos en la admisión de los estudiantes. No queremos crecer en número sino en calidad. Tenemos algunos grados en los que podemos seleccionar a los estudiantes porque tenemos más solicitudes que plazas. Aspiramos a que nos elijan en primera opción y que quieren venir porque nuestros programas son más atractivos.

¿Cómo valora que debe ser la universidad del futuro?

Pienso que en España, en términos generales, nos hace falta romper el status quo. La universidad está pensada en términos de los siglos XVIII y XIX, está pensada desde un punto de vista de función pública. La realidad es que las universidades privadas existimos y desempeñan el servicio público de formación.

El 80% del sistema es público, no hay posibilidades de contratar profesores extranjeros. Los catedráticos tienen la plaza en propiedad, hagas lo que hagas la plaza es tuya y habría que incentivar a los profesores.

Debido a los problemas que está habiendo con las titulaciones universitarias, másteres, ¿qué duda siembra esto sobre las universidades?

Mi opinión personal, despues de casi 30 años de relación con universidades, es que los casos que han salido en la prensa me parece que son totalmente excepcionales. No es lo habitual en la universidad este tipo de comportamientos. En lo que se refiere a la seriedad y rigor de los estudios universitarios, no conozco demasiados casos. Esto deteriora un poco la imagen pública de una universidad y de todo el sistema público. En mi caso confío plenamente en mi equipo, por lo que no mantengo un control sobre lo que hace cada persona de mi equipo. Por lo tanto son cosas que pueden pasar, no creo que el sistema deba cambiar mucho.

Uno de los principales objetivos a los que se enfrenta la universidad hoy es la construcción el Espacio Europeo de Educación Superior, ¿cómo deben afrontar las Universidades españolas este proceso?

Al sistema le falta flexibilidad, hay que entender que un estudiante puede querer estudiar dos años aquí y dos años en su país de origen. Seguimos vinculados a un sistema que no se da cuenta de la movilidad y lo interesante para España que sería este tipo de estudiantes.

Somos demasiado eurocentristas y tenemos que abrir los horizontes. Que se puedan enriquecer estudiando en diferentes países.