Entrevista

Eulàlia Ramon: «Soy muy lunera y me gusta más tener una luna que una estrella en Veguellina»

La actriz Eulàlia Ramon estará este jueves en Veguellina de Óbigo para estrenar su placa y el viernes por la noche recogerá el Premio que el festival dedica a la trayectoria profesional

La actriz Eulàlia Ramon, quien ha trabajado en largometrajes como Fanny Pelopaja, El mar y el tiempo (Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián) y El séptimo día, recoge este viernes el Premio Honorífico del Festival ‘Luna de Cortos’ de Veguellina de Órbigo. La actriz Eulàlia Ramon estrenará, además, este jueves una «luna con su nombre» en el paseo dedicado al festival en la plaza Elena Santiago desde las 20,00 horas.

En primer lugar, felicidades por el Premio de Honor del Festival ‘Luna de Cortos’ de Veguellina, ¿cómo recibe este galardón?

Con sorpresa. Recibir este premio me ha llevado a reflexionar sobre la trayectoria, me he sentido un poco mayor (risas). Pero luego ha llegado la tranquilidad y serenidad, porque me dio a tiempo a reflexionar y me siento muy contenta porque se reconoce que he trabajado mucho hasta ahora. Es muy agradecido que te reconozcan por haber trabajado y hecho cosas.

¿Conocía el Festival ‘Luna de Cortos’ de Veguellina?

Algún corto que he hecho se ha presentado al Festival, por lo que sí tenía alguna referencia sobre él por no he estado. He conocido al alcalde y los organizadores durante la presentación en Madrid y me parecieron majísimos. Creo que este tipo de actividades en los pueblos es muy beneficioso, tratar de recuperar, a través de la cultura y el cine, la vida en los pueblos, ya que la gente se va, me parece un buen medio. Además, tiene una programación muy buena, lo cual se agradece.

¿Cómo se siente al saber que su nombre va a quedar en Veguellina?

Eso de tener una placa me enorgullece. Además, soy muy lunera, y me gusta más una luna que una estrella. He visto un poco el pueblo por Google Maps, voy con ilusión y creo que me va a gustar mucho.

Ha hecho cie, televisión, teatro… ¿Con qué papeles se quedaría?

Me quedo con todo, porque si no lo hubiera hecho todo no estaría donde estoy ahora. La verdad es que no quitaría nada, hay ciertas épocas que haces trabajos que te marcan más, y que te llevan a nuevas metas en el trabajo. Pero gracias a lo que he hecho he podido recorrer casi todo el mundo. Hay películas que tienen mucha vida después, y hay ciertas películas que me han marcado, como Las cartas de Alou (dirigida por Montxo Armendáriz y Concha de Oro en Festival de San Sebastián), El séptimo día (Carlos Saura), trabajos de Marc Recha. Me gusta el cine pequeñito, el cine independiente.

Después de haber probado diferentes estilos, ¿en qué formato se siente más a gusto?

He hecho mucho cine, tele y teatro. Lo que he hecho teatro, como cuando estuve un año como parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, fue una de las mejores épocas de mi vida, s un formato muy agradecido. Con el tiempo, con la edad, lo más importante para elegir un nuevo proyecto es que la historia esté bien y que esté en buenas manos. Me guío por eso y no por el formato.

La actriz Eulàlia Ramon recoge el Premio a la trayectoria profesional del Festival ‘Luna de Cortos’.

¿En qué está trabajando actualmente?

Acabo de terminar de rodar 75 días, que trata el tema de las niñas de Alcácer. Está en forato policíaco con el sumario, la investigación, el juicio… Y destapa una serie de irregularidades, es muy al estilo estadounidense. Tengo, además, un par de proyectos, pero por el momento no hablo de ello porque ahora el cine es muy difícil, todo es muy precario.

Por otro lado, me encanta la fotografía, así que hago la dirección de fotografía de una lectura que va a hacer la propia Elvira Lindo y que se presentará en Berlín. Según en qué momentos me gusta dedicarme a este tipo de proyectos paralelos que tienen que ver con la imagen, como una lectura sobre Wagner, también.

¿Se imaginaba cuando empezó alcanzar su realidad actual?

Empecé en Barcelona, donde había muchas películas, y rodaba mucho. Nunca pensé que estaría donde estoy ahora y con todo el trabajo realizado, me matriculé en teatro, luego en una agencia para hacer figuración y anuncios. Creo que es importante ese «empezar desde abajo», pues desde el primer momento te familiarizas con los rodajes. Después me dije «voy a probarlo de verdad» y me fui a Madrid. Me di dos años, si no lo lograba entonces no pasa nada, será que no ha de ser. Y han pasado 30 años. Tuve mucha suerte porque llegué en un buen momento. Tuve la oportunidad de trabajar y conocer a gente como Paco Rabal, Fernando Fernán-Gómez, que no solo trabajé con ellos, sino que me adoptaran en la vida. Era un buen momento y esta gente hacía muchas películas y muy buenas.

¿Qué opina del panorama actual del cortometraje español?

Creo que estamos viviendo un muy buen momento, porque es una posibilidad mucho más fiable que el formato largo. El cortometraje es un buen ejercicio y una buena tarjeta de presentación para empezar. Ahora hay mucha producción, gente con ganas y con ganas de hacer cosas. Hay mucha gente joven con la que tengo proyectos, y es una buena oportunidad para el director, para contar buenas historias. Cuando rodábamos largos teníamos los negativos y nos hacíamos un corto. Ahora cualquiera puede hacer un corto, hasta con un teléfono móvil, hay muchas plataformas de salida, lo que importa es tener una buena historia. En cuanto al formato largo, estamos en manos de las grandes cadenas de televisión, que hacen películas de producción bien hechas y eligen lo que quieren.

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