El pregonero recordó que de pequeño participaba, las noches de Jueves Santo, de la procesión penitencial del enclavamiento de Cristo con su padre y unos hábitos prestados por la Cofradía de la Vera Cruz y Confalón de Astorga. Enrique Martínez Prieto, rector del Seminario Mayor, fue el encargado, este sábado, de ofrecer el pregón inaugural de la Semana Santa 2019 de Astorga.
Tras la presentación de su currículum por parte del presidente de la Junta Profomento, José Ángel Ventura Ugidos, y los toques de la Dominica, Enrique Martínez subió al altar con un romance en el que ensalzó la belleza de la Semana Santa astorgana. No olvidó a los jóvenes en su predicamento. “La vieja Muralla es testigo de la historiay tradición de nuestras Cofradías y procesiones. Una Semana Santa de Interés Turístico que, por antigua, no podemos dejar que se nos quede vieja. Tenemos que poner cuidado: si la tradición se vacía de su fe, quedará a merced de la moda o de la apetencia pasajera. No podemos decirnos cofrades y vivir como si Dios no existiera. ¡Queremos ayudar a los jóvenes, aquí nos tenéis! Perdón si a veces no os hemos entendido. Os pido perdón si nuestro mal ejemplo os ha escandalizado. La iglesia os necesita. Os necesita en la misa del domingo y en la vida de las parroquias. Os necesita en los voluntariados y en las Hermandades y Cofradías”.
Mezcla de literatura y prosa, el pregón de este año arrancó los sentidos aplausos del público que acudió a la Catedral de Astorga para escuchar la inauguración de la Semana de Pasión. Como si de una misa se tratase, Martínez Prieto recorrió la Semana Santa de Astorga. “Nuestra Semana Santa comienza como lo hace la eucaristía, con los ritos inicales. Se recoge el corazón y se disponen alma y cuerpo. Todo comienza con la cruz, los operarios del ayuntamiento alzan la cruz que, en la plaza Mayor, será estos días nuestra mejor bandera”.
“Si la misa es de domingo o de fiesta, rezamos con júbilo el gloria. Y a la Semana Santa entramos por un domingo y es de fiesta. Amanece Dios en Astorga el Domingo de las Palmas. Una mañana llena de alegría y de inocencia. El júbilo de las campanas nos convoca por toda la ciudad. Primero, a la plaza. Después, a la Catedral. El prelado bendice los ramos y las palmas que, luegode servinos para aclamar al Señor, adornarán muchos balcones haciendo una confesión de fe”.
“El Lunes Santo, desde el Santuario donde se venera el Corazón de María, acompañaremos el meditar de la Virgen de la Piedad, que guarda a Cristo en su regazo. Bendita entre las mujeres. El viacrucis de Profomento es la Lectura del Santo Evangelio según San Andrés y según San Pedro, según San Bartolmé y según Santa Colomba y según Santa Marta. Cinco parroquias y ocho cofradías, todos, convocados a escuchar tu Palabra en la Catedral y a mostrarla por las calles, encarnad en la madera de los pasos”.
“Es el momento de disponer los dones y preparar la mesa para ofrecer el sacrificio. En San Bartolomé prepararán la Santa Cena los cofrades del Gremio de Hostelería y Alimentación”.
“La tarde del Jueves Santo se llena del perfume de la Cena del Señor, que se esparce por toda Astorga desde los monumentos preparados con esmero en sus parroquias y conventos. ¡Cómo me gustaría que no perdiésemos la costumbre de recorrer los monumentos y encontrar tiempo, esta tarde, para estar contigo! El amor es predicado el Jueves Santo en Astorga por el Nazareno del Silencio. Sí, la Consagración es en cada misa, místicamente, la crucifixión del Señor. Y nosotros necesitaremos experimentarlo plásticamente en la madrugada destemplada del Viernes Santo, crucificándote de nuevo con la Vera Cruz”.
“El sonido madrugador de los clarines y cornetas nos convoca para que nadie se pierda elacontecimiento. La cofradía de los judíos escenifica el intento extremo de Juan para poner un poco de dulzura en las horas amargas del Viernes Santo. Al final de la plegaria eucarística, el sacerdote elevará la víctima para ofrecerla al Padre. Un grito, formado por siete palabras, que el Bendito Cristo de los Afligidos pronuncia en el atrio de la Catedral. La primavera se empeña en verte morir. El cuerpo del Señor es descendido y conducido al sepulcro. Procesión del entierro. Toda la ciudad vestida de luto, en duelo. Solemne cortejo que hace estremecer el mundo. ¡Y Astorga se queda sola, dentrás de un manto negro!”.
“Una mañana de gloria que ennoblece los sentidos y hace prorrumpir los corazones en un Aleluya que se prolongará 50 días. Y resucitarás nuestras vidas de tantas muertes a las que nos empuja el pecado. Con la iglesia está María. A ella, la primera, anunciarás la noticia en Santa Marta. Y el amor más hermoso y más verdadero entre nosotros, iluminado con el resplandor de tu luz”.
La Coral Capilla Clásica de León cerró el acto con un concierto de recogimiento en la Catedral que dio clausura a un bello pregón de Enrique Martínez Prieto, rector del Seminario Mayor de Astorga.