Sin tiempo aún para acabar de digerir los cambios acaecidos por mor de las elecciones regionales y locales, ya tenemos aquí las nacionales, mal llamadas generales.
Astorga no parece que vaya a contar con representación de segura salida a ninguna de las dos cámaras, ni la Alta, esto es, el Senado; ni la Baja, el Congreso de los Diputados. A buen seguro que sí se integrarán en las listas de los distintos partidos políticos personas de la zona, pero más como relleno y cuestiones de representatividad que de otra cosa.
Lo más cercano hasta el día de hoy, en que prácticamente están vendidos los primeros puestos en todas las precandidaturas, ha sido en la formación emergente Ciudadanos, donde J.M. Martínez Valdueza, empresario editor afincado en Astorga, que ya lo intentara para el Ayuntamiento de la ciudad, ha recibido cantos de sirena que al parecer no le han acabado de convencer. En su lugar, hablamos para la lista del Senado, parece auparse la joven Rosa Luna, concejala en Ponferrada.

En las experiencias más cercanas al modelo de Democracia actual, aquellas como la Restauración isabelina y etapas alfonsinas posteriores, Astorga siempre tuvo su diputado en Cortes. Fueron aquellos tiempos en los que la “murga astorgana”, apadrinada por los caudales del Maragato Cordero, colocaba en posiciones estratégicas a señalados hijos de la ciudad que gracias a lo pudiente de sus familias burguesas iban a estudiar a Madrid y al final se quedaban en puestos de la Administración o de la política del momento. Mucho se ha escrito y queda por escribir de este auténtico grupo de poder que durante unas décadas puso a Astorga en el mapa de las decisiones políticas. Eso sí, con sus cosas buenas y sus…“cacicadas” que las hubo. No olvidemos que eran tiempos donde la libertad del todo…no era tal.
Y no es que echemos en falta esas épocas. Ni mucho menos. Lo que sí nos gustaría de antaño es contar con gente en determinados puestos claves que miren algo por la tierra que les vio nacer. En el apartado empresarial los hay, también en el cultural e incluso en lo deportivo, si bien podemos englobar con el término social a los héroes del deporte, del periodismo, del séptimo arte y otras muchas ramas.

Hay que saber qué nos van a vender los candidatos al Congreso y al Senado en las próximas semanas con respecto a Astorga. Así como lo que realmente tienen de credibilidad. La legislatura, la de los recortes y la austeridad, no nos ha dejado mucho, por no decir nada. Más si cabe con un gobierno local, el anterior, totalmente aislado en sí mismo. El nuevo Teatro Municipal Gullón, diseñado en tiempos de Zapatero, ha seguido con Rajoy su proceso quedando a punto de culminar. En cuanto a los partidos emergentes, se ha visto en las elecciones anteriores que no cuentan con mucho predicamento en la zona. Por lo que tampoco se espera mucho de ellos sabiendo que la mayor parte de sus proclamas serán brindis al sol de la ilusión.
En todo caso. Poco a poco. Si Cataluña lo permite. Las elecciones se nos vienen encima.
Una última nota en clave local. Enhorabuena al Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Astorga. Al fin propuestas constructivas y de trabajo. Ese sí es el camino de la buena oposición para ganar credibilidad. Lo otro, lo de las acusaciones contínuas y el tú más no llevaba a nada salvo a crispación y enfrentamiento contínuo. Justo lo que los ciudadanos, hartos de riñas de patio, no quieren.