El presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes, con motivo del XXXVIII aniversario del Estatuto de Autonomía

Desde hace 38 años, el 25 de febrero ha sido un día para la celebración. Sin embargo, en este momento no podemos más que mostrar nuestro profundo dolor por las víctimas que nos ha arrebatado esta terrible pandemia, así como nuestro respeto y afecto para sus familias.

Queremos también expresar todo el apoyo a quienes están luchando por salir adelante y a los que sufren las secuelas de esta enfermedad. Estamos seguros de que muy pronto doblarán el pulso al virus y recuperarán el ritmo de sus vidas. Mucho ánimo.

Todos conocemos de sobra la dificultad del momento que vivimos. Atravesamos una crisis global sin precedentes desde hace un año que sigue siendo, en plena tercera ola, extremadamente grave y preocupante. Una crisis que no distingue de territorios, ni de edades, ni de sexos. Y que se ceba, como siempre, con los más débiles y vulnerables.

Nos hallamos inmersos en el tiempo de la acción, en el tiempo de la gestión. Una gestión dirigida a salvar vidas y a recuperar la actividad económica. Por eso, aunque hoy no hay lugar para la tradicional celebración que conmemora nuestro Estatuto de Autonomía, sí podemos apelar y rescatar los principios rectores que lo inspiraron.

El Estatuto, como norma institucional básica, adquiere ahora más sentido que nunca. Es nuestro marco fundacional y el que da carta de naturaleza a nuestras Instituciones, fortaleciendo nuestros derechos y libertades emanados de la Constitución. Todas estas instituciones dan servicio a los ciudadanos, cumplen su función y son más necesarias que nunca para reforzar y proteger esos derechos y esas libertades. Nos dota, además, del marco jurídico en el que desarrollar el autogobierno.

Hoy, más que nunca, con la mirada puesta en los ciudadanos, en sus necesidades reales y en el bienestar de todos. Y es ahí, bajo ese marco, y no
Página 1|5
en ningún otro lugar, donde nosotros, como conciudadanos, debemos encontrarnos y escucharnos. Donde debemos fundirnos como pueblo, para luchar hombro con hombro en esta dura pelea que aún tenemos que librar.
Dice el Estatuto en su preámbulo que Castilla y León es una Comunidad rica en territorios y gentes. Respetuosa con la pluralidad que la integra y
defensora de la convivencia, que la enriquece desde su mismo nacimiento. Añade que se trata de una tierra histórica que ha forjado un espacio de encuentro, diálogo y respeto. Cuya personalidad, afianzada sobre valores universales, ha contribuido, de modo decisivo, a acontecimientos excepcionales y episodios de gran relevancia para España y el resto del mundo. No puedo estar más de acuerdo con estas palabras.

Las gentes de esta Comunidad estamos además acostumbradas a ganar y a perder. A caer y volvernos a levantar. A resistir con dignidad las embestidas que el acontecer diario pone bajo nuestros pies. Como también estamos habituados a celebrar nuestros triunfos y a sobreponernos a las desgracias. Que a nadie le quepa duda de que esta vez también lo vamos a conseguir. Pero, para lograrlo, hemos de hacerlo JUNTOS.

Juntos y unidos en el dolor de cuantos están sufriendo las consecuencias de esta terrible y fatídica pandemia. Con lealtad y compromiso. Sabiendo estar por encima de intereses ideológicos y partidistas. Porque ahora sólo puede haber un horizonte común: gestionar con eficacia la crisis y detener la pandemia.

 

Luis Fuentes, presidente de las Cortes de Castilla y Léon. / ical

 

Es el momento de estar ahí, al pie del cañón, haciendo política útil y
demostrando que, quienes gozamos de la confianza de los ciudadanos, estamos a la altura de este enorme reto. Un desafío que pasa por la recuperación sanitaria, económica y social desde todos los frentes. Por eso, es precisamente ahora, cuando los responsables públicos tenemos que ser conscientes de que la única medicina capaz de devolvernos nuestra vida de antes es la unidad y el consenso. Sólo si hacemos frente común y empatizamos con quienes han sido más golpeados y están sufriendo las peores consecuencias, lograremos el resultado que todos deseamos conseguir .

A nadie se le escapa que este virus, además de presionar hasta la extenuación a nuestro sistema de salud, está sometiendo a nuestro tejido
Página 2|5
productivo a una tensión enorme. Donde algunos sectores, como por ejemplo la hostelería, el turismo, el comercio o la cultura están viviendo con mayor intensidad el drama de la crisis, el abandono de la actividad y el paro. Por eso, nuestro nivel de preocupación es máximo.

Ambas crisis, la sanitaria y la económica, determinan también una crisis
social. Una crisis que se está cebando, especialmente, con los mayores. Un motivo por el que quiero lanzarles un mensaje de solidaridad y apoyo por ser los más golpeados por el virus. Porque son precisamente nuestros mayores quienes han sentado las bases para forjar esta autonomía.

Ellos, que conocen bien que el enfrentamiento no conduce a ninguna parte. Y quienes, con su trabajo y voluntad, han hecho que Castilla y León sea hoy una tierra más libre y más justa. Una tierra hospitalaria que acoge y promueve el progreso de todos cuantos la habitan. No encuentro mejor homenaje hacia ellos que seguir siendo responsables.
Son tiempos muy inciertos. Tiempos en los que tenemos que seguir encarando juntos al virus. Y aunque las medidas sean duras, y el desgaste personal nos esté pasando factura, hemos de asumir que el comportamiento individual de todos nosotros, que la suma de nuestros esfuerzos, va a dar como resultado el horizonte de la esperanza que todos deseamos.

Porque es ahora cuando hemos de agarrarnos a la esperanza. A LA ESPERANZA DE CONTINUAR. Y en ese futuro de superación el Parlamento juega un papel clave.

Y aunque la emergencia provocada por la Covid lo ha sometido a una dura prueba, el esfuerzo y la entrega de los Procuradores y el personal de esta Cámara Autonómica está haciendo que los ciudadanos reciban respuestas y soluciones eficaces a sus problemas. Estamos volcados en la toma de decisiones rápidas y precisas para atajar los problemas más apremiantes. Atendiendo nuestras funciones legislativas y de control al Gobierno. Aprobando paquetes de medidas de urgencia para los sectores más afectados. Y, por supuesto, posibilitando la tramitación y aprobación de unos Presupuestos de reconstrucción que inviten al optimismo.

Es el deber y la obligación de quienes ejercemos la responsabilidad en la representación pública con compromiso y seriedad. Y así va a seguir siendo.
Página 3|5
Somos una tierra de carácter y con una fortaleza infinita. Cuyo capital humano es nuestra mayor riqueza. Así se ha demostrado en el último año. Y por eso, en un día como hoy, aunque no se haga entrega de una medalla física como en otras ocasiones, sí debe haber un espacio para quien merece el mérito y todo nuestro reconocimiento por su generosidad y valor a lo largo de estos meses.

Permítanme que les nombre:

Gracias en primer lugar a todos los sanitarios, especialmente a quienes han pagado con su vida por frenar a este maldito virus. A los que trabajan tanto en las UCIS como en planta, a quienes atienden en los centros de salud, al personal que testea a diario y a quienes están vacunando.

Nuestro reconocimiento a los servicios de limpieza, celadores, administrativos y conductores de ambulancias. Todo nuestro ánimo para el personal de las residencias y los propios residentes que cada día nos dan una lección de vida con su coraje.

Por supuesto, nuestra gratitud también para el personal científico e investigador que estudia sin descanso, abriendo nuevas vías para la esperanza con la creación de patentes, vacunas, y medicamentos. Una entrega y profesionalidad que está siendo la luz al final de este túnel.

Del mismo modo, desde aquí, nuestro tributo a la labor de las Fuerzas Armadas en todas sus vertientes y a la impecable tarea de los rastreadores que con su esfuerzo han impedido una tragedia mayor.

Gracias a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. También a la Policía Local.

Gracias a los trabajadores de los servicios esenciales, a los empleados y autónomos que cada día sacan fuerza de flaqueza para levantar esta Comunidad. Con optimismo y espíritu de superación.

Nuestra total admiración para los equipos directivos y docentes de los centros educativos públicos y privados. A pesar de las dificultades, no perdáis la ilusión y las ganas de seguir educando en valores a las generaciones que están llamadas a regir los destinos de esta Comunidad en los próximos años.
Página 4|5
Y, para finalizar, quiero tener unas palabras especiales para todos esos ciudadanos que, con su comportamiento ejemplar, se han crecido ante la adversidad. A los que han respetado las normas de distanciamiento y a los que se han resistido a los abrazos que tanto echamos de menos.

Bravo por todas las personas que han estado pendientes de quienes han padecido la enfermedad. A quienes les han asistido, vigilado, apoyado y animado en todo momento para salir adelante.

Estoy convencido de que es precisamente esta ola de solidaridad, junto con la eficacia de la gestión y la vía de esperanza que nos abre la ciencia, la que nos permitirá dejar atrás este escenario. Con entereza y determinación.

Muchas gracias a todos los que lo estáis haciendo posible. Con la confianza en que pronto vengan tiempos mejores y podamos celebrar la vigencia de los valores y principios que auspiciaron la promulgación de nuestro Estatuto de Autonomía, les recuerdo que el Parlamento sigue, ahora y siempre, a la entera disposición de toda la ciudadanía de Castilla y León a la cual se debe.

Muchas gracias.

Print Friendly, PDF & Email