El palo y la zanahoria de los sindicatos

Los sindicatos UGT y CCOO han aprendido la lección de la reciente historia leonesa y ahora, cuando proponen una idea, aplican la estrategia del palo y la zanahoria. Es decir, piden una Mesa para el futuro de León en la que se integren todas las administraciones públicas y al mismo tiempo convocan manifestaciones para el próximo 16 de febrero en demanda, a esas mismas administraciones, de una rápida y eficaz reindustrialización de la provincia.

Hace ya unos cuantos años, quizás demasiados, todos los partidos políticos de León, los sindicatos, la Universidad y las patronales, incluyendo a la Cámara de Comercio, firmaron el famoso Pacto por León. El objetivo era demandar inversiones e infraestructuras a las administraciones públicas para frenar las consecuencias del cierre de las primeras minas de carbón y la crisis de precios de la agricultura y ganadería. Este pacto bienintencionado fracasó y no pasó de una de unas cuantas fotos y grandes titulares en primera página.

A los pocos años se creó una plataforma privada, bajo el nombre de León con futuro, para reclamar a las administraciones públicas inversiones directas y ayudas para sacar adelante una serie de proyectos reindustrializadores y de infraestructuras ante el declive que ya era más que evidente de la economía leonesa. Otra intentona fallida. Más fotos y titulares y poco más.

Eran años del maná de los fondos mineros, dinero procedente de Europa, del Gobierno central y de la Junta para reindustrializar las ya casi vacías cuencas mineras. El dinero se invirtió en urbanizar los pueblos mineros, en dotarlos de piscinas, frontones, casas de cultura y pabellones deportivos, que a los pocos años quedaron inservibles tras la emigración forzosa de la gente, sobre todo de los jóvenes. Apenas se reindustrializó, que era el objetivo.

De todas estas intentonas reindustrializadoras sólo queda lo que hizo el leonés presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, quien en su mandato actuó con su tierra como un cacique de los tiempos del turnismo y trajo -porque quiso y porque pudo, como diría el primer marqués de Santacruz- para su tierra el INTECO, hoy INCIBE, la Ciudad de la Energía de Ponferrada, la ampliación del aeropuerto de León y el programa Estrada de Tráfico. No fue suficiente, pero León nunca le gradecerá lo suficiente a Zapatero su gestión, que, al final, quedó ennegrecida por el mal enfoque que su gobernó hizo de la crisis económica que se avecinaba.

Fracasados estos intentos y como León ha caído en picado, tal y como aseguran los líderes sindicales, ahora se retoma la idea con otro nombre: Una mesa para el futuro de León, con el objetivo de coordinar las inversiones europeas de la transición ecológica con las procedentes de los Presupuestos Generales del Estado, de los presupuestos de la Junta y de la Diputación y del Consejo Comarcal del Bierzo para reindustrializar, de una vez por todas, la provincia.

Bueno, es más de lo mismo, salvo que ahora los que retoman la idea regeneracionista son los sindicatos, los cuales, a la vez que hacen la propuesta amenazan con movilizar a la provincia para que esta vez sí esta mesa funcione y cumpla sus objetivos. Lo dicho, el palo y la zanahoria. Por de pronto y mientras las administraciones públicas se lo piensan, UGT y CCOO ya han convocado movilizaciones para el 16 de febrero, en pleno fin de semana de exaltación del amor que nos recuerda San Valentín. ¿Funcionará este  modelo?

 

 

 

 

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