El obispo de Astorga, Jesús Fernández, presidirá este domingo la eucaristía con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de los Pobres 2020. La cita será en el Santuario de Fátima de la ciudad bimilenaria este domingo 15 de noviembre a las 13:00 horas. La Jornada fue establecida por el papa Francisco hace cuatro años y pretende visibilizar y concientizar al mundo y a las comunidades cristianas de la realidad de los pobres, personas que tienen nombre y apellidos. “Son rostros humanos denigrados por la injusticia y la indiferencia que no fruto de la casualidad o la ineptitud y vagancia”, señala Francisco Turrado, delegado diocesano de Cáritas en un texto escrito para la Diócesis asturicense:
Como sociedad y como cristianos somos llamados en esta jornada a erradicar dos atentados gravísimos a la dignidad del pobre que distorsionan el problema social de la pobreza desrresponbilizandonos del mismo.El primer atentado es despojar al pobre de su condición de sujeto. Cuando a una persona le negamos esta condición la despojamos de los derechos que como tal le son inherentes a dicha condición y lo reducimos a objeto de deberes. Esto se hace de manera muy astuta a fin de que este despojo no nos moleste e inquiete; y la manera de hacerlo es culpabilizar a los pobres de su situación, astucia muy antigua que ya se recoge en las páginas de la Biblia y que desenmascaran los profetas y el mismo Jesús.Si el pobre no es sujeto ni tiene derechos no merece consideración alguna, sencillamente ya no sirve y como dice el papa Francisco el “descarte” y la “indiferencia” está justificada. La situación en que se encuentra es responsabilidad de él; la sociedad nada tiene que plantearse al respecto.El segundo atentado a la dignidad del pobre como sujeto es la de convertirlo en objeto, incluso con nuestras mejores intenciones. Me refiero a esa tendencia a ser paternalistas, benefactores, “caritativos” que regalan migajas y que nos reportan la compensación de “buenos”. No es que el compartir con los pobres nuestros bienes esté mal; lo que está mal y los convierte en objeto es el evitar preguntarnos por las causas que originan esa situación de indignidad de tantas personas; el no querer ver que esa situación tiene que ver con nuestra forma de organizar y vivir la vida; que esa situación tiene que ver con las opciones políticas que votamos y con el tipo de fe que creemos.La Jornada Mundial de los Pobres pretende desentumecernos, sacarnos de la rutina y el individualismo al que nos ha conducido el sistema económico que hemos convertido en sistema de vida y que nos ha convertido a nosotros también en objetos que nos usa para mantener sus insaciables ambiciones, objetos con inteligencia que nos hace más peligrosos.Esta Jornada Mundial de los Pobres es una llamada urgente a recuperar y reconocer la condición de sujeto para toda persona independientemente de su condición, raza, sexo, religión, cultura, y para los cristianos vivir en la vida social la condición de hijos y hermanos y trabajar para que las estructuras sociales lo posibiliten.“Tiende tu mano al pobre”, sería: fíjate en el pobre, mírale, es sujeto, tiene derechos, descubre por qué esta despojado de ellos y trabaja por defenderlos y protegerlos.