En respuesta a la reciente “controversia” que rodea la aparición de carteles anunciando el cierre del Museo Romano y la Casa Panero, el equipo municipal ha querido matizar algunas cuestiones, dejando claro que ningún miembro del gobierno ordenó la colocación de dichos carteles: “Se desconoce quiénes fueron los responsables de estos anuncios y si actuaron por iniciativa propia o por encargo de terceros”.
Además, el concejal de Cultura Tomás Valle reitera que la falta temporal de personal en los museos es una situación “genuina”, que se debe a factores como el descanso de los trabajadores, la finalización de contratos y la reorganización del servicio.
Es importante destacar que algunos de los trabajadores adscritos al Museo Romano tienen contratos de duración determinada, y su duración y jornada están establecidos por la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), lo que significa que no pueden prorrogarse.
“Este gobierno, no va a incurrir en contrataciones ilegales con informes de los servicios de secretaría y de intervención advirtiendo de la ilegalidad de estos; por el contrario, otros si lo hicieron convirtiendo esta práctica en habitual, generando perjuicios importantes al ayuntamiento, recurriendo a contratos ilegales y arbitrarios, incumpliendo los principios de igualdad, mérito y capacidad, y por estos incumplimientos, en determinados servicios, hasta el 75% de la plantilla existente en aquellos han adquirido el carácter de indefinido por sentencias judiciales”, alegan.
“Esta práctica ha sido habitual en la contratación de monitores de deportes, profesores de música, operarios de servicios o museos, trabajadores de ludoteca o de lo servicios administrativos, así es como entiende el socialismo los principios de igualdad y mérito”, apostillan.
