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El recién retirado vicario general de la Diócesis de Astorga, Marcos Lobato, ha recibido este miércoles el cariño de sus amigos y de los vecinos de Astorga y de Robledo de la Valduerna, en un emotivo homenaje que se celebró en la Catedral de la Bimilenaria.
En el templo el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, ofició junto a diez sacerdotes una misa de acción de gracias y homenaje en la que participaron varios representantes de la Iglesia, como los obispos de Oviedo, León, Santander, Zamora, Lugo, Ourense, el obispo auxiliar de Santiago, los obispos eméritos: D. Camilo Lorenzo y D. Eloy Tato y el obispo electo de Teruel. Asimismo, también estuvieron representantes de la corporación municipal junto al alcalde de Astorga, Arsenio García y el alcalde de Santiago Millas, Gumersindo Castro, así como representantes de Manos Unidas o la Junta Profomento de la Semana Santa.
Además, durante el inicio de la celebración, el obispo de Astorga bendijo una casulla que le colocó a don Marcos su sobrino Álvaro, seminarista mayor. Después de 37 años al frente de la Vicaría general, «es justo reconocer con admiración y gratitud su humilde servicio a Dios y a la Iglesia», expresó Menéndez. El obispo también alabó el trabajo de Don Marcos, «el gran compromiso de nuestro hermano ha sido al servicio a la fe, avalado por un testimonio de vida sacerdotal coherente. Llamado por el Señor a muy temprana edad para servir en su nombre al pueblo de Dios, fue ordenado sacerdote en 1963».
Tras la celebración de una eucaristía en la Catedral, el rector de la Basílica de la Encina, monseñor Antolín de Cela Pérez, dirigió unas palabras a las más de doscientas personas, entre sacerdotes y feligreses, que acudieron a la cita. Recordó la trayectoria eclesiástica del ex vicario general «puede que 37 años nos parezca poco, si hablamos de más de 13.200 días la cifra nos estremece un poco más. Marcos, en todo caso, llegas al júbilo de la jubilación con una hoja de servicio que llama la atención, en el caso de la figura de un Vicario General. En todo este tiempo es indudable el protagonismo y la contribución de tu persona a la historia de nuestra iglesia diocesana».
Asimismo, recordó algunos documentos y estaturos como los los Estatutos marcos para Cofradías y Asociaciones, Centros de Atención Pastoral, la Normativa sobre cementerios, el Directorio para la Iniciación Cristiana, la reestructuración de los Arciprestazgos, los Planes Diocesanos de Pastoral, los Programas Pastorales anuales y la Agenda Pastoral Diocesana. También mencionó la vida de Marcos Lobato como sacerdote, colaborador, canónigo o capellán de las Misioneras Apostólicas de la Caridad en Astorga.
El protagonista, visiblemente emocionado durante toda la celebración, agradeció todas las muestras de cariño que recibió en la Catedral y expresó sus sentimientos de «sorpresa por el hecho de que se haga una ceremonia para mí, y un sentimiento de vergüenza propia». También agradeció al obispo de Astorga por permitirle presentar su renuncia y por haber organizado toda la celebración en su honor.
