Cientos de personas salieron a las calles de Astorga este Viernes Santo para vivir la procesión del Santo Entierro y la recreación del Desenclavo de Jesús de Nazaret, que cada año organiza la Cofradía de la Vera Cruz y Confalón y que en esta ocasión se traslado a un nuevo escenario.
La plaza Eduardo de Castro albergó este ritual en el que el Cristo Yacente, la imagen creada por Gregorio Español en el siglo XVII, es retirada de la cruz por los cofrades y depositada en la Urna.
El público esperaba pacientemente la llegada del Cristo ya que estaba entrando la noche y la alerta de lluvia no cesó. Pero finalmente, el crucificado llegó portado por militares que se lo entregaron a los cofrades de la Vera Cruz.
Junto al público, los cofrades y las atentas miradas de las imágenes de San Juan ‘El Guapo’ y de la Virgen, estuvieron presentes las autoridades civiles, militares y eclesiásticas de la ciudad.
Después de la representación la Banda de Cornetas y Tambores del Regimiento de Santocildes y la Banda Municipal dedicaron unas notas al difunto. Una de las novedades de este año fue la interpretación del himno ‘La muerte no es el final’.
Antes de la recreación del Desenclavo que este año se ha trasladado desde la plaza del Ayuntamiento a la de Eduardo de Castro, -en el entorno de la Catedral y del Palacio Episcopal de Gaudí-, todos los pasos del Santo Entierro recorrieron la ciudad: El Cristo Crucificado, Nuestra Señora de la Soledad, San Juan ‘El Guapo’, El Descendimiento de Cristo, La Cruz Dorada, La Virgen de la Piedad, Las Lágrimas de San Pedro y la Urna del Cristo Yacente.
En la Procesión participo también la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo de León, que está hermanada con la Vera Cruz.
Tras finalizar el Deseclavo, todo el cortejo siguió al cuerpo del Yacente hasta regresar a la capilla de la Vera Cruz, donde culminó la procesión con ‘La Salve Popular’.