Confrontación en vez de cooperación

Las comarcas de El Bierzo y Laciana disfrutan ya de un mayor alivio en la desescalada del estado de alarma y se encuentran en la fase 2, mientras que el resto de la provincia sigue anclada en la fase 1, a la espera de ascender el próximo lunes 8 de junio a la siguiente fase. Dos fases, dos velocidades distintas, dos realidades, dos formas de conformar una provincia eternamente desvertebrada, hasta por los efectos del coronavirus.

Una vez vencida la curva de la pandemia, la reactivación económica es la prioridad absoluta y, sobre todo, tras conocerse informes como el que ayer mismo publicaba la Universidad de León y que refleja de una forma clara y terrible los efectos del envejecimiento de la población y la baja tasa de actividad de la economía provincial. Desde hace años, la economía leonesa no produce lo suficiente como pagar las pensiones de los jubilados leoneses. Esos jubilados cobran sus pensiones gracias a la solidaridad nacional. Y el panorama va a peor porque León es una de las provincias que más población activa y afiliados a la Seguridad Social pierde de toda España.

La propia Universidad propone en su informe la solución: Crear empleo de calidad, sobre todo entre los jóvenes, incentivar la inversión empresarial y diversificar la industrialización. En este estudio se pone como ejemplo la indiferencia de los leones en su día ante el cierre de Caja España y la ausencia de alternativas. “No se puede dejar morir a las empresas y no buscar alternativas, que es lo que se ha hecho”, concluyen los autores de este informe realizado por el Máster en Ciencias Actuariales y Financieras.

Teniendo en cuenta que la Universidad no fue invitada, de forma inconcebible, a la puesta en marcha de la Mesa por el futuro de León, seguramente los políticos, sindicatos y líderes empresariales, sobre todo estos últimos, se llamarán andanas y obviarán estas conclusiones. En estos momentos, tanto unos como otros, están centrados en la confrontación y evitan la cooperación, haciendo clara omisión de su responsabilidad ante los ciudadanos

Es el caso de los empresarios (CEL, Fele y Cámara de Comercio) que han convocado esta semana concentraciones en la calle de protesta y para manifestar su cabreo contra todos los políticos y gobiernos de todos los colores, especialmente contra el Gobierno central, por sus ineficaces respuestas y soluciones a la crisis derivada del coronavirus. Contrasta esta posición empresarial beligerante con declaraciones como la del presidente de la patronal nacional, Antonio Garamendi, quien ha asegurado que “los empresarios estamos ahí para que España funcione y se puedan alcanzar acuerdos y no para hacer política”. Precisamente, este jueves, mientras los empresarios leoneses se manifiesten en las calles, Garamendi volverá a ocupar su asiento en la mesa del Diálogo Social nacional para consensuar medidas anticrisis.

Algo parecido aseguraba este fin de semana en la prensa el poco sospechoso de tendencioso el presidente de la empresa Gadesa, Gerardo Gutiérrez, al exigir bien claro que “necesitamos liderazgo, no coger la pancarta en la manifestación sino ir por delante”.

Estos son los mimbres con los que León deberá planificar su reconstrucción, al igual que sucede con las pensiones, habrá que esperar a la solidaridad nacional para que haya soluciones porque los empresarios de casa optan por la confrontación, los sindicatos se han convertido en gestorías administrativas y algunas instituciones, como Diputación, llevan dos meses sin convocar un pleno y gobernando por decreto sin debate y sin transparencia. Y la Junta, claro está, echando la culpa de todo al Gobierno central. Son los mimbres que hay.

 

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