Claro García: «Soñé que algún día participaría en una película de Mortadelo y Filemón»

Este astorgano ha logrado el Goya a Mejor Guión Adaptado con la película ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo', galardón compartido con sus compañeros Cristóbal Ruiz y Javier Fesser, en la 29 edición de los premios que otorga la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España
Claro García (Izda) recogiendo el Goya a Mejor Guión adaptado con sus compañeros

Sergio González El astorgano Claro García se ha llevado a casa este año uno de los Goya que otorga la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Este escritor, publicista y comunicador ha logrado, en la 29 edición de la gala, el galardón de Mejor Guión Adaptado con la película ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’, compartido con sus compañeros Cristóbal Ruiz y Javier Fesser. Claro García dedicó el premio a sus hermanas y a su madre, que de pequeño le compraban los tebeos de Ibáñez y le llevaban al cine en Astorga.

Esta película también ha conseguido el Goya a Mejor Película de Animación y en la misma categoría el premio Gaudí y el del Círculo de Escritores Cinematográficos. Además en este último también se llevó el de Mejor Guión Adaptado.

Pregunta. Cuando aceptaste realizar el guión de ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’, ¿te planteaste que existía la posibilidad de ganar un Goya?

Respuesta. Uno no acepta escribir el guión de ‘Mortadelo’, lo suplica, lo pide, lo desea, lo sueña. Yo lo soñé cuando era pequeño. Soñé que algún día participaría en una película de Mortadelo y Filemón. Todavía conservo los viejos tebeos que me compraban en el ‘puesto’ de la Plaza de Astorga. El ‘puesto’ de los tebeos. Recuerdo perfectamente aquel señor de pelo blanco. Descubrir a Mortadelo ya constituye de por si un premio en la infancia. Escribir el guión con Fesser y con mi amigo Cristóbal, tantos años después, ha sido otro premio. El Goya fue la guinda de una serie de acontecimientos felices.

 R. ¿Esperabas ganar? ¿Qué opinión tienes de los guiones que también optaban al premio?

P. Como profesionales sabíamos que la película era una pequeña joya y que habíamos conseguido captar a la perfección el mundo del maestro Ibáñez, así que teníamos confianza. Conozco a los otros guionistas nominados. Son muy buenos, y con uno de ellos, con Carlos Asorey, mantengo una estrecha amistad. Trabajamos juntos en el Un, Dos, Tres… y en otras programas de TV. Un tipo grande, un maestro, que se alegró enormemente de nuestro triunfo. La calidad profesional y humana de estos guionistas me hacen valorar mucho más la consecución de este Goya.

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P. ¿Dónde vas a colocar este premio? ¿Qué se siente después de conseguirlo?

R. Este premio lo coloco directamente en la estantería del corazón, al lado de la familia, junto a mi madre y mi hermana Esther, muy pegado a mi mujer y a mi hijo, y cerquita de los colegas. A todos ellos les pertenece un poco.

 P. Remontándonos a tus inicios, ¿qué es lo que más te atrajo del mundo del cine?

R. Las chicas que salían en las películas, por supuesto. Y más en serio, me atrajo y me sigue atrayendo la posibilidad de vivir otras vidas, de ser muchas personas. En estos últimos años he sido durante más de dos años una niña de doce años en la novela basada en Camino, de Fesser; he sido dos héroes míticos del TBO; ahora llevo diez meses habitando la piel de un hombre de hace cuatro mil años, en el guión con el que estamos trabajando, y dentro de un par de meses me convertiré en un soldado, en el último superviviente de una guerra oculta y salvaje. Es un buen oficio. El cine es el juguete de los adultos. Y si además lo haces con amigos, no conozco un oficio mejor.

 P. ¿Cuándo y cómo comenzaste tu con el mundo cinematográfico y de la escritura?

R. En Astorga, por supuesto. Cuando yo era pequeño había cinco cines: el Asturic, el Velasco, el Capitol, el Tagarro y el Gullón. Hoy solo queda el Velasco. Aprovecho para mandarle un abrazo a Vicente. Esos cinco cines me formaron como persona y como cineasta. Creo que tanto en Butaca como en Entresuelo (o Delantera de Entresuelo), y en General (o Delantera de General)  vi todo lo que había que ver en aquel tiempo. Descubrí las del Oeste, las de romanos, las policíacas… Entre esos cinco cines y el ‘puesto’ de tebeos de la Plaza puedo decir que tuve una infancia muy feliz. Años más tarde salí de Astorga, como tantos otros, para estudiar fuera. Llevaba esos cinco cines en el alma, y, para entonces, había comprado ya mis primeras novelas. Leía y veía cine. Tenía que suceder. 

Claro García. Foto de Manso

P. ¿Por qué decidiste ser guionista?

R. No hay una respuesta. No se decide ser guionista. Pero, como te he dicho, yo leía y veía cine. Las cosas suceden. Me siento guionista, pero soy más cosas: trabajé muchos años en Radio y TV, y ahora me gustaría centrarme de nuevo en la Publicidad, que me divierte mucho. Y estoy trabajando en un libro de cuentos. Ayer me dijo Ray, un amigo venezolano, un gran músico, que entendía que me hubiesen dado el Goya al Mejor Guión Adaptado, pero que entendería mucho más que me diesen el premio a «Una Vida Adaptada al Guión». Tiene razón. Yo no decidí ser guionista; hubo algunas historias que decidieron que yo tenía que escribirlas. Y aquí estamos.

P. ¿Crees que ahora es más difícil triunfar en el cine o que es más fácil que hace unos años?

R. La palabra fácil no existe en el cine. Ni antes ni ahora. Ni con el celuloide ni con el digital. No se hace cine para triunfar, se hace cine porque no puedes evitarlo, porque te gusta y porque quieres contar algo.

P. ¿La fama es pasajera?

R. No lo sé. No soy famoso ni pretendo serlo. El anonimato es bueno para un guionista. Fundamental. Viajo en Metro y en bus, y voy a Astorga muchas veces con Alsa y con Renfe. Son cosas que ya no pueden hacer Ronaldo ni Banderas, ni Dani Rovira ni José Mota. Pero forma parte del oficio. Tengo amigos famosos, es verdad. Hay veces que apetece salir con ellos; otras, lo evitas. Y respondiendo a tu pregunta, te diré que si alguien quiere ser guionista y famoso, que se replantee las dos cosas. Una de ellas por lo menos.

P. Has dedicado el premio a Astorga ¿Qué buenos recuerdos mantiene de la ciudad donde naciste y te criaste?

R. Todos, tengo todos los recuerdos, y cada vez más nítidos. En Astorga descubrí el cine, la literatura, la amistad; tuve mi primera novia. Soy del barrio de San Andrés, de la Corredera Alta, de las Cuatro Calles. Un barrio humilde, ferroviario por aquel entonces. Es curioso como, cuando eres pequeño, cuatro calles de un barrio llegan a ser más grandes que el mapamundi. El río, el cortijo, la Buraca, la calle de la Zapata, el camino de Nistal, el Postigo, el Bastión, la casa de mi tía Asunción, la de mi tía Amalia y mi tío Geijo, mis primos y mis primas, los amigos con los que nos abríamos la cabeza a pedradas como signo de amistad… Ese fue mi paisaje humano y físico: el mejor del mundo. No lo cambiaría por nada. Cada vez que voy a Astorga veo el Palacio y la Catedral, y no dejo de ir al Jardín, mi lugar favorito, pero hay algo que me arrastra a volver a San Andrés.

 P. ¿Mantienes relación con el director de este certamen, Luis Miguel Alonso?

R. Claro, a Luis Miguel Alonso lo conozco desde siempre. Tiene mucho mérito, luchando siempre por la cultura, manteniendo vivo el fuego del Festival de Cine de Astorga.

 P. ¿Dónde vives ahora? ¿Visitas Astorga con frecuencia?

 R. Por motivos de trabajo, no voy a Astorga tanto como quisiera. Afortunadamente, a Pilar y a mi hijo Clarito les encanta Astorga. Espero ir más a menudo, pero es algo que llevo diciendo desde hace años. No sé cómo puedo pasar tanto tiempo sin comer cocido, sin ir a Morales –un sitio que me encanta-, sin entrar en el bar Correos o sin sentarme en el Cubasol para darme un homenaje de mollejas.

 

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