La comunidad china celebra el Año Nuevo lunar del Gallo

En la ciudad reside una pequeña comunidad que conmemora esta fecha en familia, siguiendo las tradiciones y preparando platos especiales
Una imagen cedida por Yueqing Zhao de su cena familiar de Nochevieja.

Este sábado 28 de enero entramos en el Año Nuevo chino, comienza el Año del Gallo 鸡年de fuego, el décimo animal del zodíaco chino que llego a la fiesta organizada por el Emperador de Jade. Los chinos de todo el mundo llevan varios días celebrando el ño Nuevo Lunar. En Astorga hay 16 chinos empadronados, y como son muy pocos celebran este día, el más importante del calendario en familia. “Nos reunimos mi marido, mis dos hijos y yo para comer los platos típicos de esta fecha, aunque no es fácil conseguirlos en Astorga, no hay mucho”, cuenta Shuang Fen.

Lleva entre seis o siete años establecida ya en Astorga, y tiene mucha familia en Madrid, “allí sí que se celebra a lo grande, porque la comunidad china es mucho más numerosa”. Cuenta la leyenda que el Emperador de Jade invitó a una cena a todos los animales del mundo y los doce primeros que llegaron son considerados como los animales del zodíaco chino que regulan los años lunares. Este 2017 entramos en el año 4715 de la tradición oriental que se mantiene no sólo en China, sino en varios países de Asia. Este año lunar se prolongará hasta el 15 de febrero de 2018.

Comida tradicional

Es típico dedicar varios días, e incluso semanas, a la preparación para el año nuevo. Además de limpiar la casa, dicta la tradición que durante 20 días, para sacar todo lo malo que se haya acumulado en el pasado año, los chinos dedican varios días a preparar los platos tradicionales que se consumen tanto en “Nochevieja”, conocida como chuxi (除夕) como en el día de Año Nuevo.

“Preparamos mucha comida para festejar en familia, como en Astorga no podemos conseguir los ingredientes, mi marido viaja hasta Madrid para conseguir todas las cosas”, cuenta Jianhong. Durante estos días, las generaciones de la familia, abuelos, padres e hijos se afanan para tener listas cantidades increíblemente grandes de ravioles o jiaozi (饺子). También preparan una pasta de arroz plana conocida como niangao o pasteles de Año Nuevo (年糕). “También solemos preparar tofu (豆腐), maqiu (嘛球), y pescado porque ‘pez’, yú (鱼), es homófono del carácter yú (余) para abundancia, por lo que es frecuente la colocación de estos animales en las casas, y como platos de año nuevo”, explica Shuang Fen.

Claro, las tradiciones cambian entre el norte y el sur de China, por lo que las familias tienen diferentes tradiciones. Lo que sí tienen en común es la gran cantidad de comida que preparan, ya que la consumen durante varios días y la comparten no sólo con los vivos, sino también con los muertos a los que se recuerda como parte de las costumbres confucianistas.

Imagen de un plato de jiaozi, antes de cocinar al vapor o a la plancha.
Regalos

Y como en casi todas las tradiciones del mundo, los niños también reciben regalos por parte de sus parientes en este día. No les traen juguetes como Papá Noel o los Reyes Magos, pero reciben de sus parientes adultos los famosos sobres rojos o hongbao (红包), que tienen dinero dentro. “Algunos reciben tanto dinero que hasta se pueden comprar un ordenador”, relata Yueqing Zhao desde China.

Hongbao o sobre rojo.
Tradiciones milenarias

Entramos en el año lunar del Gallo, que según las predicciones simboliza la llegada de la mañana de la luz del sol, aunque no evitará los problemas, se augura que no será fácil para nadie, y en estos casos, en los que tampoco hay que rendirse, será necesario poner de parte de cada quien la suficiente fuerza de voluntad para sortear los escollos, para mantener el orden y la estabilidad.

En este día se coloca el caracter fu (福), de felicidad y suerte, del revés en las puertas de las casas pues “felicidad del revés” suena similar a “que entre la felicidad” (福到). También es costumbre encender ruidosos petardos “para espantar al monstruo Nian y que no se acerque a la familia”, explica Yueqing. Se venera a los antepasados, con té, incienso y comida, para compartir con ellos la felicidad y la llegada de un nuevo año.

El carácter de felicidad o suerte colocado como corresponde.
Niño chino encendiendo cohetes.