J. A. La ‘fiebre’ por la captación de fondos del mecanismo ‘Conectar Europa’ (CEF, por sus siglas en ingles) ya es cosa del pasado. La convocatoria de 2019 se ha cerrado sin que desde la comunidad se hayan presentado proyectos para el desarrollo de centros o plataformas logísticas o puertos secos. Tampoco figuran actuaciones competencia del Ministerio de Fomento debido a que esta última edición se orienta hacia las iniciativas multimodales, transfronterizas y el ferrocarril.
Con ello, la comunidad tira de momento la toalla con este mecanismo, un instrumento financiero creado por la Comisión Europea para desarrollar las Redes Transeuropeas de Transporte, Energía y Telecomunicaciones. No obstante, podrían correr mejores tiempos en el futuro, pues las autoridades comunitarias ya trabajan en el resideño de este marco financiero con el objetivo de cubrir los proyectos que se están perfilando en los diferentes estados.
A través de distintas instituciones, Castilla y León buscó sin éxito en ediciones anteriores recursos económicos para la plataforma logística de Torneros (León), la ampliación del Centro de Transportes de Burgos, que ha arrancado sin apoyo Europeo; el Parque Agroalimentario de Valladolid o la plataforma multimodal de Salamanca, que tendrán que esperar.
Éstas fueron las principales actuaciones que proponía la comunidad para aprovechar su ubicación geográfica como puente entre el Atlántico y el viejo continente, aunque el Ministerio de Fomento logró en el pasado fondos para la construcción de los corredores ferroviarios que surcan en ancho internacional Castilla y León y la instalación del sistema ERTMS, que permite la interoperabilidad con Europa.
Otro de los ejemplos de la llegada de los fondos CEF a Castilla y León es la electrificación de la línea entre Salamanca, Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso. Esta actuación, ya iniciada por el Ministerio, avanza con el objetivo de estar terminada este año, lo que permitirá conectar con el tramo que va desde la capital salmantina hasta Medina del Campo (Valladolid).
Buenas perspectivas
Sin embargo, las perspectivas son “buenas” para el futuro más cercano, según fuentes del sector logístico. Europa perfila un nuevo marco presupuestario para el periodo 2021-2027, con 30.600 millones, en el que habrá cierto rediseño de las convocatorias, tras cerrarse un marco en el que Castilla y León no ha tenido demasiado éxito.
El coordinador europeo para el Corredor Atlántico, Carlo Secchi, acaba de trasladar a los diferentes agentes, entre ellos, CyLoG, Asociación de Gestoras de Enclaves Logísticos de Castilla y León, la ventaja que supone acudir a una consultora europea que ayuda a conformar el proyecto, para que encaje en los criterios CEF, pero también para reunir la financiación necesaria que permita dar los primeros pasos y convencer a las autoridades comunitarias sobre su idoneidad.
El Marco Financiero Plurianual actual, 2014-2020, dispone de 24.295 millones de euros para proyectos o actuaciones de transportes, de los cuales 22.057 han sido ya asignados. España ha captado 1.078 millones de euros de ayuda hasta la fecha, para una inversión de 3.150 millones de euros. Además está pendiente de resolverse una convocatoria de Fondos CEF (CEF-2019), por un importe global de 100 millones de euros.
100 millones en juego
Las autoridades comunitarias tienen sobre la mesa ya los proyectos que desde los distintos estados miembros les han remitido, con el fin de adjudicar los 100 millones de euros que contempla la convocatoria de 2019, anunciado a principios de diciembre de 2018 y que abrió la presentación de solicitudes el 8 de enero.
Hasta el 24 de abril, la Comisión Europea mantuvo abierta la aplicación para remitir la documentación, que debe ser validada por cada uno de los estados miembros. En España, el Ministerio de Fomento se encarga de esta tarea, por lo que estableció que antes de esa fecha debía contar con todos los papeles para emitir un dictamen. Entre julio y septiembre se analizarán y en octubre se conocerán los beneficiarios.
En esta convocatoria, de los 100 millones previstos, 65 son para actuaciones en la red integral, que eliminen cuellos de botella y enlaces perdidos, con el fin de mejorar la interoperabilidad ferroviaria y, en particular, mejorar las secciones transfronterizas.
Los otros 35 millones pretenden impulsar sistemas de transporte sostenibles y eficientes a largo plazo, así como para permitir la descarbonización de todos los modos de transporte a través de la transición a tecnologías innovadoras de transporte con bajo contenido de carbono y eficiencia energética, mientras se optimiza la seguridad.
En la última edición, Europa ha primado la apuesta por la red básica, en la que sí está parte de la Comunidad, pero también las iniciativas de calado transfronterizo, así como aquellas que impulsen la multimodalidad y la interoperabilidad ferroviaria. Todo ello, junto con la exigencia de proyectos “maduros”, según fuentes del sector, complican el acceso para los promotores de Castilla y León.