El debate abierto por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, tras apostar por acabar la jornada laboral a la 6 de la tarde con carácter general, no ha dejado indiferente a nadie, y las críticas han llovido desde los ámbitos económicos y sociales, que han arremetido contra una propuesta “poco seria”, una “ocurrencia” lanzada a la sociedad sin un análisis en profundidad de la realidad económica y consuetudiaria española.
Sindicatos y patronal regional lamentan que se haya puesto sobre la mesa un planteamiento sin contar con los afectados y soslayando de nuevo el Diálogo Social. Todos están de acuerdo en que es preciso racionalizar horarios, pero desde un estudio en profundidad y teniendo en cuenta las características y los intereses de cada sector económico. Asimismo, los empresarios apelan a la flexibilidad horaria como garante de la competitividad y como vía para la conciliación.
Un dato que refleja las necesidades patronales horarias y su choque frontal con la propuesta ministerial queda patente en un análisis de las horas extraordinarias que se acometen en la Comunidad por parte de los trabajadores. Y es que un total de 35.800 asalariados de Castilla y León efectuaban horas extras en el tercer trimestre de este año, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) facilitados a Ical, por el Instituto Nacional de Estadística, lo que supone el 4,5 por ciento de los 781.100 empleados por cuenta ajena contabilizados en la Comunidad.
En concreto, las cifras que maneja el INE indican que en los meses de estudio, 12.900 asalariados hicieron diez o más horas extras; 18.900 entre una y nueve; y 4.000 alguna, sin especificar cuántas.
El peso de los asalariados que hacen horas extras sobre el total descendió un punto en el último lustro, ya que en el tercer trimestre de 2011, suponían el 5,3 por ciento, 43.600 sobre un total de 813.500. Esta circunstancia se produjo en el último año, ya que en 2015, suponía en el mismo trimestre el 5,6 por ciento del total, 42.500 sobre 757.500 asalariados totales.
Los hombres hacen en proporción más horas extras que las mujeres, ya que en los meses de estudio, 22.200 varones reconocieron, el 5,3 por ciento del total de asalariados; frente a las 13.600 mujeres, el 3,7 por ciento del colectivo. En concreto, 11.700 hombres hicieron entre una y nueve horas; 7.600 diez o más; y 2.900 alguna sin especificar. En cuanto a las mujeres, 7.100 asalariadas hicieron entre una y nueve horas; 5.300 diez o más, y 1.100 alguna sin precisar.
Por grupos de edad, hicieron horas extras en la Comunidad durante el tercer trimestre de 2016, 12.700 asalariados de 45 y más años; 12.500 de entre 35 y 44 años; y 10.600 de entre 16 y 34.
Rechazo frontal
El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), Santiago Aparicio, destacó, en declaraciones a Ical, que el número de horas extras que se acometen en la Comunidad, responden a motivos de producción de las empresas y a la flexibilidad que requieren para lograr elevar su competitividad. “Debe existir esa flexibilidad horario que hoy otorga la reforma laboral que algunos quieren derogar”, dijo a Ical.
Una flexibilidad horaria, dijo, también imprescindible para la conciliación de los trabajadores con la vida familiar, y para la adaptación de cada sector económico a sus necesidades más allá de la propuesta “sinsentido” lanzada a la sociedad por Fátima Báñez, de la que dijo: “No hay por donde cogerla”.
Aparicio destacó que el planteamiento de la ministra choca directamente con los intereses de muchos sectores económicos y de sus trabajadores. Asimismo, advirtió de que requeriría de una cambio en los usos y costumbres de los españoles para lo que se precisaría al menos dos generaciones. “Estoy trabajando y salgo a las 6, pero luego quiero ir a un comercio de compras, a cenar, al cine y a tomar unas copas y eso si puedo porque mi industria trabaja a tres turnos”, dijo, para reflejar los diversos intereses que confluyen en la propuesta, que debería haber hablado de estudiar en profundidad la posibilidad de racionalizar horarios, más allá de un mensaje que “puede generar falsas expectativas” entre la población.
A pesar de sus críticas, el máximo responsable de la patronal autonómica, consideró “bueno” tratar de llegar a un acuerdo en la racionalización de horarios para poder conciliar la vida familiar y laboral, pero siempre desde el Diálogo Social. “Ha sido todo un exceso por parte de la ministra que no ha contado con quien debía”, dijo, para incidir en que los planteamientos de Báñez modificarían los usos y costumbres de los españoles, “levantarse y comer antes y en menos tiempo, abrir guardería a las 6 de la mañana o por qué no, las administraciones los sábados, todo habría que cambiarlo y está muy arraigado en la sociedad”, dijo.
Santiago Aparicio lamentó que la ministra desde un cargo tan importante haga planteamientos sin haber acometido un estudio en profundidad, ni analizar sus repercusiones, ni contar con los intereses de los empresarios y los trabajadores.
El dirigente patronal repitió que Fátima Báñez se excedió al “poner sobre la mesa” una propuesta “sin contar con nadie” y atisbó que igual es que “se acostumbró durante los últimos cuatro años a legislar sin nadie y ahora se cree que puede hacerlo sin contar con nadie”. “Está bien racionalizar pero de forma muy pensada.