La falta de comunicación en el Ayuntamiento de Astorga se hace cada día más evidente, entre los concejales, entre ellos y los trabajadores y, lo peor, entre el gobierno municipal y la ciudadanía. Un ejemplo es la situación vivida este viernes en el Consistorio, donde estaba previsto un pleno online que no se celebró finalmente ante la incapacidad de varios ediles de conectarse a la sesión y al que el secretario municipal, que sí debía comparecer desde el salón de plenos presencialmente, llegó media hora tarde.

Que un municipio de cerca de 12.000 habitantes, el quinto por población de toda la provincia pero históricamente el primero, ubicado estratégicamente en el eje entre Madrid y Galicia, entre León y Ponferrada y donde confluye el Camino de Santiago y la Ruta de la Plata, sea incapaz de celebrar un pleno telemático es simplemente vergonzoso. Y el no intentar volver a intentarlo, para ver si así se ‘aprende’ es casi peor. En su lugar, se tira la toalla y se recurre a una sesión presencial en el teatro municipal Gullón.

Astorga no puede perder el tren de las nuevas tecnologías porque no habrá futuro sin ellas, nos guste o no. Parece que la nueva corporación no es consciente de algo tan sencillo y que sabe cualquier escolar. Y con el nivel mostrado este viernes, bien sea por falta de medios, personal o conocimientos, y claramente también por falta de interés, la Bimilenaria se quedará en el sueño de lo que fue mientras otros territorios le comen el terreno.