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Azucarera propone a los agricultores reducir el precio de la remolacha a 26 euros por tonelada para “salvar el sector” ante la caída de precios

La compañía propone una base de “ingresos garantizados” además de ayudas y complementos vinculados a la evolución del precio del azúcar

Azucarera propuso este martes un plan al sector agrario por el que el agricultor recibirá 26 euros por tonelada de remolacha, unos seis euros menos que en la actualidad, al que se añadirán las ayudas comunitarias regionales aplicables y un complemento vinculado al precio del azúcar que se negociará con las organizaciones agrarias, según informó la compañía, que anunció que este “cambio de modelo” entraría en vigor a partir de la próxima campaña, 2019-2020, para la zona norte. Desde la firma, filial de British Sugar, se fijan en el valor de referencia en el mercado, situado en los 404 euros por tonelada de azúcar. De este modo, señaló el consejero delegado, Juan Luis Rivero, se permite que el cultivo de remolacha “siga siendo rentable”.

Azucarera, que posee en Castilla y León tres molturadoras en La Bañeza, Toro y Miranda de Ebro, mantuvo hoy reuniones con las organizaciones agrarias para avanzar su propuesta de este “cambio de modelo” en la relación con los agricultores, para afrontar la “caída histórica” de precios que está padeciendo el sector azucarero y “garantizar su futuro y sostenibilidad”. Así lo explicó el propio Rivero, junto a la directora de Agricultura de la compañía, Salomé Santos.

Rivero explicó que el objetivo que persiguen con este giro “de colaboración con el agricultor” persigue “proteger la continuidad de un sector estratégico” en España y “lograr una mayor integración con el profesional”. Azucarera ha propuesto un precio base de referencia por tonelada al que se añadiría un complemento vinculado a la evolución del precio del azúcar, que es lo que se tendrá que negociar con las organizaciones agrarias “en profundidad”, dijo Rivero.

Salomé Santos, por su parte, ya adelantó que confían en que “todos” hagan un “ejercicio de responsabilidad sectorial”, aunque se mostró optimista. “La reunión ha ido bien”, señaló, consciente de que “es duro lo que hace Azucarera, es difícil y cualquier transición es complicada siempre”. Santos agregó, no obstante, que es necesario porque “no hacerlo es un ejercicio de irresponsabilidad”, arguyó, para que “el agricultor mantenga la confianza en el cultivo”.

Simulación económica

Los responsables de la empresa desarrollaron una simulación económica de su propuesta de manera que un agricultor que obtenga 100 toneladas de remolacha por hectárea, en línea con la producción media en la zona norte del país, obtendría unos ingresos de 2.600 euros por hectárea, que junto a las ayudas del Estado y las ambientales situaría el nivel de ingresos “aproximadamente” en los 3.600 euros por hectárea. “Si asumimos que el coste medio de producción de remolacha es de 2.500 euros, incluyendo riego, fertilizantes, productos fitosanitarios, etc, el margen es superior a los 1.000 euros por hectárea”, explicó.

De este modo, apuntan a que se asegura la rentabilidad de este cultivo aun con los precios “históricamente bajos” que se están registrando desde la desaparición de las cuotas de producción en septiembre del año pasado, momento desde el cual el coste por tonelada de azúcar se ha desplomado casi un 30 por ciento, desde los 501 euros por tonelada de azúcar anteriores hasta los 350 que se registraron en agosto de este año.

“Aquí de lo que se trata es de salvar al sector”, pronunció Rivero, para lo que llamó a “salir de ésta todos lo más unidos posible”. El consejero delegado incidió en el compromiso de la compañía con este cultivo ya que, a pesar de haber registrado pérdidas de 30 millones en los últimos cinco años y de haber estimado las del presente ejercicio en cerca de otros 40 millones, mantienen el plan de inversiones 2012-2022 con el que comprometieron 155 millones de euros, de los que 86 ya se han ejecutado, y a partir de ahora invertirán los 69 restantes. “Apostamos por el sector y lo vamos a seguir haciendo” enfatizó, porque “no hacer nada no es una opción”.

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