El ayuntamiento de Astorga apagará la iluminación de los cuatro edificios más representativos de la ciudad – Ayuntamiento, Palacio Episcopal, Catedral y Muralla – con motivo de la Hora del Planeta. El apagón arrancará a las 20,30 horas del próximo sábado, 24 de marzo. En 2018 serán más de 7.000 ciudades en todo el mundo las que se sumarán a este gesto mundial “para concienciar a la población sobre el cambio climático”.
El sábado 24 a las 20.30 horas y durante 60 minutos, el alumbrado público de los edificios permanecerá apagado, así como de manera parcial las luces de la plaza Mayor y de la plaza Santocildes. La catedral podría empezar más tarde esta iniciativa dado que acoge el concierto de Semana Santa de la Banda Municipal de Música. Desde el equipo de Gobierno municipal animan a los vecinos de la bimilenaria a que se sumen a su manera a la Hora del Planeta, “con pequeñas medidas desde su domicilio e incluso los hosteleros apagando alguna luz visible desde el exterior o atenuando la intensidad de la misma”.
El equipo de Gobierno ha tomado medidas ambientales que reduzcan la contaminación desde su entrada en el Ayuntamiento, así como políticas de reducción del gasto en agua y luz. Entre las medidas adoptadas se encuentran el cambio de tecnologías obsoletas a otras más verdes o mejora de la red de abastecimiento de agua para evitar fugas, complementada con otras iniciativas. “Esta pequeña acción responde al compromiso del ayuntamiento de Astorga con el cuidado del medio ambiente y, por tanto, la apuesta por medidas para llevar un modo de vida más sostenible”, señalaron el alcalde de Astorga, Arsenio García, y el concejal de Medio Ambiente, Manuel Ortiz.
Además los responsables municipales aprovecharon para animar a la población a desplazarse por la ciudad paseando o en bicicleta y ahorrar energía en sus hogares para cuidar la naturaleza y el entorno. “Como símbolo, pedimos que este sábado la gente pasee por la ciudad, evitando el coche, pero no podemos olvidar que el verdadero cambio se produce con una modificación de hábitos en la rutina diaria de cada uno de nosotros”, señaló el concejal Ortiz.
La iniciativa es una campaña de WWF que empezó en 2007 en Sidney, Australia, como un gesto simbólico de la lucha contra el cambio climático. Once años después, se ha convertido en la mayor campaña de movilización ambiental de la historia. En 2017 participaron miles de ciudades de 187 países del mundo que apagaron más de 12.000 monumentos y edificios icónicos, uniendo a ciudadanos, empresas, ayuntamientos e instituciones para, entre todos, “cambiar el cambio climático”.