Astorga recuerda a Olivia, la niña canaria asesinada por su padre, y a Rocío Caíz

Las fuerzas de Seguridad buscan ahora el cadáver de Anna, la hermana de Olivia, a quien también habría asesinado su padre, Tomás Gimeno, para hacer daño a la madre

La sociedad astorgana recordó este viernes, con un gran corazón formado por velas, a Olivia, la niña canaria de seis años asesinada por su padre, y a  Rocío Caíz, la joven de 17 años de Estepa (Sevilla) asesinada por su pareja.Mujeres, hombres, niños y niñas portaron velas hasta la Plaza del Ayuntamiento, donde formaron el corazón de luz con el que rendir homenaje póstumo a ambas.

Violencia vicaria: hacer daño a la madre

El cadáver de Olivia, la niña canaria de seis años, apareció en la tarde del jueves en el mar tras ser asesinada presuntamente por su padre. A 1.000 metros de profundidad, en una bolsa de plástico, atada a un ancla, fue donde se encontró. A su lado, una bolsa vacía, en la que  fuentes de la investigación consideran ahora que estaba el cadáver de su hermana, Anna, y que la corriente se ha llevado a un lugar por determinar. También se busca el cadáver del padre, que se supone que se suicidó tras matar a las pequeñas, todo ello para hacer daño a su madre, de la que estaba separado, una forma de violencia que ha recibido el nombre de violencia vicaria, aquella que utiliza a los hijos para hacer daño a las víctimas, ya sea con amenazas o, en su forma más extrema, asesinando a los menores.

Rocío, asesinada por su pareja por dejarle

Rocío fue asesinada por su ex novio, que la descuartizó tras matarla y que era el padre de su bebé. Repartió los trozos en varios puntos de Estepa. Arrojó el cuchillo con el que la mató a un contenedor de basura de Estepa y luego llevó el cuerpo, dentro de una bolsa, hasta un campo a las afueras de Estepa, en dirección a Aguadulce. El motivo del crimen fue que tras varios años de relación la joven quiso poner punto final a la misma y se fue a vivir a casa de sus padres