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Mi generación conocíamos, o al menos nos sonaba mucho el nombre y la
persona de Angel González Alvárez, pues además era de La Cepeda, con lo
cual los maragatos lo teníamos más cerca, aunque lógicamente el
desarrollara su vida profesional e intelectual en Madrid.
Me comunicó la noticia otro ilustre cepedano, Antonio García, que están
preparando un homenaje y recuerdo de la figura y personalidad del Sr.
González Alvarez, al cumplirse en Agosto de 2016 el centenario de su
nacimiento.
Desde luego que a raíz de este merecido homenaje que le quieren
tributar, me ha servido para refrescar la memoria y poder pensar un poco en
alto, no solamente sobre el reconocimiento al Dr. González Alvarez, si no a
los homenajes en general. Pero esto lo haré después. Ahora, quiero trazar
unos breves retazos de su vida para situar al personaje.
Nace en Magaz de Cepeda un 11 de Agosto de 1916. Pese a desarrollar su
vida profesional mayoritariamente en Madrid, nunca olvidará su patria
leonesa.
En 1946 consigue la Cátedra de Metafísica en la Universidad de Murcia y
posteriormente consigue la misma plaza en la Universidad Complutense de
Madrid. Fue Secretario General del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas. Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.,
director General de Enseñanzas Medias y Rector de la Universidad
Complutense. Falleció en Madrid en 1991 y publicó gran cantidad de libros,
artículos y dirigió varias tesis doctorales.
Uno de los rasgos definitorios de Angel González Alvárez es su
humanismo cristiano.
Decía y pienso que es en vida, donde a mi juicio hay que reconocer
los valores humanos, intelectuales, su bonhomía… de estas y otras
personas. De cualquier forma, no es tarde si la dicha es buena.
En su etapa de Director General de Enseñanzas medias, si se preocupo de
dotara a la provincia de León, de Centros docentes y buena prueba de ello,
es que algunos de estos llevan su nombre. Aquí en Astorga, en nuestra
ciudad, sin ir más lejos tenemos uno.
Después de dar por hecho sus grandes cualidades intelectuales, quiero
hacer otra reflexión y hasta confidencia en voz alta. Me consta que ayudo a
muchos jóvenes de aquella época que encaminaban su vida por la enseñanza a
ir abriéndoles camino. El tenía esa posibilidad y quería hacer el bien.
Pero a raíz de esto me viene a la mente el reverso de la moneda. No es
descubrir nada nuevo al pensar que la envidia es uno de los mayores males
que existen en la sociedad actual y al final de sus días pocos fueron los
que de corazón le acompañaron. Sin embargo, él quizá aplico la máxima en su
vida: «Hz bien y no mires a quien».
Ahora, más vale tarde que nunca, este puñado de amigos del alma, en el
centenario de su nacimiento quieren perpetuar la labor humana e intelectual
de este hombre sabio, Angel González Alvarez, al que me sumo desde este
pequeño foro,que sirva a la vez para refrescar la memoria de quien es
quien.
