Cumplir la palabra dada es una máxima en Maragatería. Este periódico, tiene mucho de maragato. Y este artículo editorial pretende arrojar luz sobre algunas sombras en las que nos han querido enmarcar y que, en ocasiones, sin desearlo hemos roto nuestro estilo de poner la otra mejilla con silencio a las ofensas y ataques, defendiéndonos de falsedades, medias verdades y mentiras. Insistimos, no es ese nuestro método. Pero un periódico, por modesto que sea como es nuestro caso, tiene su cuerpo y alma, cuenta con personas detrás de lo que publica, con un ánimo siempre informativo y el fin social de trabajar por la libertad, la verdad y la pluralidad en las formas de ser, pensar y expresarse.
No vamos a entrar aquí en el auténtico campo minado, el camino henchido de falsedades y el odio, sí odio, que supuran ciertos arrimados a la profesión periodística y sus camaradas. Los lazos de interés material y su proceder obsesivo ya son conocidos por toda la parroquia astorgana. Respetamos su subcultura, pero aún así, sorprendentemente, quedan algunas personas que necesitan aún descubrir lo que esconden las amables máscaras de estos pequeños personajes locales.
Hace unos meses, dentro de la política de acoso y derribo llevada a cabo inútilmente contra nuestro medio, el comisario político usó datos, algunos ciertos y otros camuflados como reales, para lanzar una gráfica con la que manchar el nombre del Ayuntamiento y de este periódico. Podríamos haber salido explicando que esas cifras corresponden a tres cabeceras periodísticas, a encargos como agencia, que hemos reestructurado y dividido personal y sociedades… Pero entendimos que era entrar en el juego deseado y en la Redacción la frase que más sonó entre los compañeros fue la de “no echemos margaritas a los cerdos”.
Por supuesto, el enredar, el arrogarse el papel de victimismo de los kamaraden del Pravda astorgano conformaba la segunda parte del plan. En estos dos años han procedido de igual forma con todo lo que pudiera, bien desde su brazo político ultra, bien desde su altavoz periodístico propagandístico, venirles bien para hacer daño; unas veces al Ayuntamiento, otras a este diario.
Tiempo después en un perfil de facebook se publicó otra gráfica en la que se explicaba parte de los gastos del último año del PSOE en el Ayuntamiento con respecto a la prensa. Gráfica sesgada, pues no daba toda la información, pero bastante intuitiva y antítesis de la que publicó el comisario político. Semanas después, sabíamos de dónde había surgido esa iniciativa, caímos en el juego de replicarla en el estúpido juego del “y tú más”. Craso error. Y como editor, prometí a la alcaldesa aludida cumplir mi palabra de aclarar que son datos sesgados, particulares y nada contrastados con lo que afirmaba la persona en su perfil y la realidad. En todo caso, sabíamos que había diferencias sustanciales en otros conceptos y colaboraciones.
Pero no es nuestro estilo repetimos. Nosotros somos, o pretendemos serlo y así lo recordamos a nuestro personal y colaboradores, un periódico donde el objetivo es hacer lo mejor para Astorga y sus comarcas, incluso para los que no piensan igual. Existe un PP fortalecido actualmente y un cambio de ciclo en el poder político de la zona; pero también hemos abogado siempre por un PSOE con empaque porque ha demostrado ser un partido que supo entender dos décadas a Astorga y a los astorganos, porque ambos dan estabilidad a un sistema en el que no se puede estar sometido a minorías. ¿Recuerdan aquel alcalde que solo tenía un acta de concejal, la suya? La ley lo permite, juega esas pasadas, pero los periodos de estabilidad política dan desarrollo y tranquilidad a la economía y a sus emprendedores que son los que arriesgan su dinero al final.
Todo el mundo sabe en Astorga que no ha existido nunca una mayoría de ultraizquierda, como tampoco deseamos nada ultra en cuestión de colores ideológicos. La política local es la política de mayor desgaste y la más rica en cuanto a contacto humano. Y en nuestra Astorga, doscientos y sus compinches no pueden parecer ser dos mil y los árbitros de nuestro devenir, del de todos.
El editor