Yo también

Siento que faltaba mi opinión. Me refiero a todo lo que está pasando en estos momentos históricos, porque eso son, aunque al estudiar Historia, si lo hemos hecho, a veces no nos damos cuenta de que, para los que la vivieron, eran los hechos cotidianos que les  tocaban en ese momento. Seguro que no los magnificaban tanto. Pero ahora es lo que  nos toca, lo viviremos con “normalidad”.
No me considero ni monárquica ni no, no es lo que me define. Ni siquiera pienso en ello cuando alguien me pregunta cómo soy, cómo me definiría, qué me llena. Lo cierto es que vaya preguntita. Vamos a ver, ¿a quién se le ocurre ir por ahí preguntando a la gente cómo se define? Conoces a alguien y le sueltas: Defínete, ¿monárquica o juancarlista? ¿Republicana? O entre amigos: hoy toca definirnos. Por favor. Y si la pregunta es genérica: ¿Cómo te definirías? Sin acotarla más, ¿a quién se le ocurre decir: monárquica, juancarlista, republicana? A mí no, y creo que a la mayoría tampoco. Aunque si me lo preguntan al final del día es: agotada. Y agotada me tiene toda esta controversia. Lo que me despista es la disyuntiva: monarquía o democracia. Lo uno no excluye lo otro necesariamente. Si me dicen monarquía o república, bien, para gustos: colores, y como ambos no pueden convivir a la vez elegimos, por mayoría, quede claro que la minoría pierde y se aguanta, que eso es democracia en la república democrática de mi casa, en la de los países y en la monarquía también.  Ahora que lo pienso en mi casa no hay república, la reina soy yo. Y tampoco mucha democracia, si no nos ponemos de acuerdo decido yo. Pero, ahora me pongo seria, eso no se puede extrapolar a un país, a un estado. En fin que cada vez que oigo a alguien, sea político, periodista, “opinador” a sueldo o vocacional, proponer elegir entre monarquía o democracia se me ocurre opinar del sujeto que o bien es tonto o piensa que los demás lo son. Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, Noruega, Suecia, ¿no son democracias? China, Cuba, ¿son democracias? ¡Todavía me dicen que sí! Pues no, no mucho. Por empezar allí a nadie se le ocurriría decir en público y menos en voz alta que quieren elegir poder cambiar su sistema político. Hagan un esfuerzo, imagínense a un chino, a un cubano,  pidiendo un referéndum para elegir a quién les gobierna. No malgasten su imaginación. Luego está lo de la modernidad. Todos parecemos estar de acuerdo en que en el siglo XXI la monarquía no es lo más moderno, un tanto obsoleta. Bien, acepto pulpo por animal de compañía. Pero ¿funciona? Yo por la experiencia –no mucha- que tengo diría que sí, al menos en España, hasta estoy dispuesta a aceptar que igual que una república, aunque las dos españolas peor no pudieron ser, una casi acaba con la unidad territorial y la otra acabó en guerra civil. En fin,  ¿cambias la lavadora si funciona bien sólo porque haya salido otro modelo “mejor”? ¡Vaya despilfarro! Por cierto, aunque este ejemplo parezca ridículo, lo acepto, conozco a alguien que lo hizo, cambió su lavadora porque salió un modelo que casi parecía un ordenador de abordo, sólo le faltaba meter por sí sola la ropa. Al mes estaba harta, no terminaba de entenderla, daba error de elección, los kilos de ropa no eran adecuados, cada dos por tres se le estropeaba, y cuando se acabó la garantía o bien los arreglos eran carísimos, casi como una lavadora nueva, no esa, o no encontraba técnico que supiese arreglarla. Volvió a las lavadoras normalitas, esas que lavan y punto, y son más baratas. Porque esa es otra de las razones que argumentan, el ahorro económico, que si nos sale muy cara la monarquía. Hasta donde yo sé otra falsedad. Los presientes franceses salen más caros a los franceses. República no es sinónimo de más barato. Pero al menos los eligen, me dice un conocido. ¿Y? Si no te solucionan la vida mejor, sigues con los mismos problemas y necesidades, no te meten solos la ropa a lavar –con perdón-, sigues viendo los mismos casos de corrupción, no te salen más baratos, pueden tener líos de faldas –otro guiño a los presidentes franceses y a los norteamericanos también-, etc. Entonces, ¿qué la hace mejor? A la república, me refiero. Puede ser igual de democrática o no que la monarquía. ¿Más moderna? ¿No se hablaba ya de república en tiempo de los romanos y los griegos? Ya sé que no era lo mismo, pero las monarquías de antes tampoco son lo mismo, absolutismo, ahora la nuestra es parlamentaria. Yo deduzco, pues, que tan moderno es lo uno como lo otro. Y puestos a preferir, yo prefiero que la “tierra” la cuide una familia, que piense en la continuidad, en dejarla en las mejores condiciones a sus hijos, que no en unos que están “de paso”, y lo que quieren es el beneficio propio rápido en esos cuatro u ocho años. Así no hay proyecto que fructifique o se mantenga. Pero, ojo, es mi opinión, que también la tengo. Por acabar, una pregunta, aunque no sea lo adecuado. Si llega a haber un referéndum y sale mayoría de monarquía, ¿qué? ¿Se acepta en silencio y con elegancia democrática?
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